Durante la sesión de ayer, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta dio el visto bueno para distinguir al Papa Francisco con el Doctorado Honoris Causa de dicha casa de altos estudios. La iniciativa tuvo 16 votos a favor, que incluyó a decanos, docentes y estudiantes, y una abstención de la decana de la Facultad de Humanidades.
Alejandra Falú, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud, celebró que la iniciativa haya provenido de los estudiantes y remarcó que la distinción tiene un gran mensaje hacia la política, teniendo en cuenta las manifestaciones del Papa que relacionan la política con los actos de servicio y no con beneficios personales.
El Rector Daniel Hoyos, por su parte, en Nuevo Diario, remarcó que hubo distinciones similares a personas referentes de distintas religiones por sus aportes a la sociedad más allá de sus creencias.
Elías Riveros, consejero estudiantil de Humanidades, manifestó que el reconocimiento cobra mayor importancia "sobre todo en esta época donde está siendo desprestigiado por tantos sectores". "Más allá de la personalidad religiosa que es, es una gran personalidad en lo político y en lo social", afirmó.
"Jorge Mario Bergoglio fue el primer Cardenal Argentino y Latinoamericano en ser elegido Papa el 13 de marzo de 2.013 y adoptó el nombre de Francisco. Firme defensor de la dignidad de la persona humana en todas sus dimensiones, defensor del diálogo y de la paz social, fue un punto de referencia moral para millones de argentinos en las últimas décadas de la historia nacional", sostienen en el proyecto.
A la vez, manifestaron que el Papa sorprendió a la opinión pública por su sencillez y cercanía a las personas, además de que "invitó a la Iglesia a salir de sí misma y a comprometerse decididamente en la misión".
La iniciativa también destacó las acciones del Papa por la paz, como la mediación para el diálogo entre Israel y Palestina, y el abrazo al muro de los lamentos con líderes del judaísmo.
En defensa de la Universidad
Otro punto que remarcaron fue la reflexión sobre la Universidad del propio Papa, que manifestó que "no existe para preservarse como institución, sino para responder con valentía a los desafíos del presente y del futuro".
También hicieron hincapié en sus concepciones de la política como "el servicio más alto de la calidad" y la convicción de una democracia participativa que considera garantía a las fuerzas hegemónicas, con una mirada del pueblo como una ciudadanía activa, responsable y protagonista.