


¿Quién fue el primer expresidente democrático en cumplir prisión domiciliaria antes que Cristina Kirchner?
Nacional10/06/2025
Antes de que Cristina Fernández de Kirchner se convirtiera en la primera expresidenta argentina condenada con una sentencia firme por corrupción, otro jefe de Estado que gobernó durante el retorno de la democracia también había enfrentado una situación similar.
Se trató de Carlos Saúl Menem, quien en 2001 debió cumplir prisión domiciliaria durante 167 días, en el marco de la causa por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.
El caso, que se había iniciado en 1995 a raíz de una investigación periodística, involucró una compleja trama de desvío de cargamentos de armamento que, según la versión oficial, iban destinados a Panamá y Venezuela. Sin embargo, las municiones y fusiles terminaron en países sometidos a embargos internacionales: Croacia, en pleno conflicto bélico por la desintegración de Yugoslavia, y Ecuador, que entonces mantenía un litigio armado con Perú, violando compromisos asumidos por Argentina como país garante de paz en la región andina.
Menem fue detenido el 7 de junio de 2001, cuando tenía 70 años, después de que el juez federal Jorge Urso le tomara declaración indagatoria. Al concluir la audiencia, Urso le comunicó que quedaba detenido por considerarlo jefe de una asociación ilícita. La acusación también incluía falsificación de tres decretos presidenciales que habilitaron las exportaciones irregulares.
Cómo fueron sus días detenido
La detención del exmandatario causó un fuerte impacto institucional y político. Carlos Menem había gobernado la Argentina durante diez años, entre 1989 y 1999, y aunque su figura ya no gozaba del mismo respaldo, conservaba un peso importante dentro del peronismo. La medida judicial lo obligó a abandonar su domicilio habitual y fijar residencia bajo custodia en una quinta ubicada en Don Torcuato, provincia de Buenos Aires. La propiedad pertenecía a su amigo y ex jefe de la Casa de la Moneda, Armando Gostanian.
Durante los cinco meses y medio que duró el arresto, su entonces esposa, la modelo y presentadora de televisión chilena Cecilia Bolocco, asumió el rol de garante judicial. En ese contexto, la pareja convivió en el predio de unos 6.000 metros cuadrados, resguardada por un importante dispositivo de seguridad. Hoy, casi no queda nada de esa quinta: fue en gran parte demolida y el terreno es utilizado por una concesionaria automotriz como depósito de vehículos.
El 20 de noviembre de ese mismo año, la Corte Suprema de Justicia dictó un fallo clave para el destino procesal del expresidente. El máximo tribunal sostuvo que los delitos cometidos por funcionarios públicos durante el ejercicio de sus funciones no podían encuadrarse como asociación ilícita, por tratarse de una figura penal pensada para organizaciones criminales típicas, no para decisiones de gobierno —por más irregulares o delictivas que estas fueran—. A partir de esa resolución, Menem recuperó su libertad ese mismo día.
Un fallo histórico
Con esta medida, Menem se convirtió en el primer presidente electo democráticamente en Argentina que, tras dejar el poder, fue arrestado y confinado a su domicilio por orden judicial. Desde la recuperación de la democracia en 1983, ningún otro mandatario había atravesado una situación semejante. Fernando de la Rúa, quien lo sucedió en la Presidencia entre 1999 y 2001, fue investigado por la causa de las coimas en el Senado pero, en 2013, fue absuelto por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3.
Ahora, más de dos décadas después, la historia podría repetirse. Cristina Fernández de Kirchner, condenada en 2022 a seis años de prisión por la causa “Vialidad” —en la que se la encontró responsable de administración fraudulenta en perjuicio del Estado—, enfrenta un escenario judicial complejo luego de que la Corte Suprema de Justicia dejara firme la condena. En caso de que el Tribunal Oral Federal N°2 determine que su estado de salud o su edad justifican un arresto domiciliario, se convertiría en la segunda expresidenta constitucional de la democracia en cumplir una pena fuera del régimen penitenciario común, como ya lo hizo Menem en 2001.
La comparación entre ambos casos, sin embargo, no es lineal. Menem fue detenido antes de tener una condena firme, mientras que Cristina enfrenta ahora una sentencia ratificada por la Corte. Además, el contexto político y social es radicalmente distinto: mientras que en 2001 el país se encaminaba hacia una de las crisis institucionales más graves de su historia, el escenario actual se enmarca en un período de alta polarización política, pero con una Justicia que avanza en casos de corrupción de manera más constante que hace dos décadas.
La figura de Carlos Menem, fallecido en 2021, sigue generando debate. Su arresto domiciliario marcó un antes y un después en la relación entre la Justicia y los presidentes argentinos. Hoy, en medio de una nueva etapa judicial para los ex jefes de Estado, aquel antecedente resurge como un recordatorio del principio de igualdad ante la ley, aunque también de los matices que rodean cada caso.









