Luego de que la legisladora bonaerense de Propuesta Republicana (PRO) en Juntos por el Cambio, Lorena Petrovich, despidiera sin causa a la niñera de sus hijos, fue denunciada por la empleada por tener un sueldo dependiente del Senado de la Provincia de Buenos Aires.
Tras las imágenes publicadas por El Destape, la empleada de 40 años, Gisela Montini, le expresó a Telam que ella “nunca realizó tareas en dicho lugar (en referencia a la Cámara alta)”. Específicamente, según comentó, trabajaba “cuidando a su hijo, a su madre y haciendo tareas de limpieza”.
Esta denuncia tuvo lugar luego de que la legisladora la despidiera a finales de abril, para lo cual le informó que “había dado de baja el contrato en el Senado”, según declaró su ex empleada doméstica, quien a principios de año le había presentado un certificado médico debido a algunos problemas de salud -una hernia de disco- por los que “no podía hacer esfuerzos”.
Según Luciano Sivori, abogado de la mujer, con el despido de Montini se vulneró la Ley de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, que establece el pago de una indemnización.
La senadora provincial, Lorena Petrovich.
Asimismo, denunció que la senadora de Juntos por el Cambio “la dejó sin obra social y sin ART, porque la ART no le reconoce su trabajo en la casa, ya que supuestamente cumplía funciones en el Senado según el recibo de sueldo”.
En la carta documento, Montini denunció que “para evitar el pago de mi remuneración en forma personal (Petrovich) optó por registrarme como dependiente del Senado de la provincia de Buenos Aires asignándome como única tarea la realización de limpieza de su hogar particular, el cuidado de su hijo y cuidado de su mamá, infringiendo sus deberes de funcionaria pública, en perjuicio del erario fiscal”.
Luego de esta acusación, Petrovich convirtió en privadas sus cuentas de Twitter e Instagram, tras recibir una batahola de comentarios y etiquetas tras la repercusión que tomó la noticia.
Inclusive, también fue recriminada por sus visitas a los centros de telellamados de la campaña electoral de Diego Santilli y María Eugenia Vidal, en cuyos espacios trabajan personas en condiciones precarias. De hecho, esto recientemente fue denunciado.