Bizland, la empresa de carga de tarjetas de colectivos, miente y sigue sin dar soluciones

Reclamo 16/05/2023
colectivo tarjeta saeta

Millones de personas de todo el país, incluidos decenas de miles de salteños usuarios de SAETA, siguen con enormes dificultades para hacer un uso normal del sistema de pago de transporte. Bizland, empresa que maneja las operaciones de las ciudades de Córdoba (RedBus), Salta (SAETA), Tucumán (Ciudadana y Metropolitana) y La Rioja (Sirve), afirma que logró restablecer el servicio con normalidad, cosa que no es realidad.

Cuando ya han pasado varios días desde lo que denunciaron fue un ataque informático a la empresa, miles de personas siguen penando. No pueden cargar sus tarjetas, las pocas ATM que operan tienen filas eternas, hay choferes que no saben cómo proceder, personas que no saben cómo viajar, algunos que son obligados a descender por no tener cómo pagar, Saeta habilitó el saldo negativo, en fin un sinnúmero de inconvenientes que dejan a las claras la fragilidad de la empresa Bizland, a cargo.  

Según un comunicado de la empresa, desde ayer el sistema de recarga de tarjetas está completamente operativo, aunque en algunos puntos de venta la implementación del sistema puede sufrir algunas demoras que se irán corrigiendo a lo largo de la jornada. Bueno lo mismo dijeron ya días atrás. 

Según indicaron, son cerca de 250 los puntos de venta que SAETA dispone para cargas de tarjeta en la Ciudad de Salta, entre puntos de venta y ATM, y los mismos ya estarían operativos desde la tarde de ayer, pero hoy las quejas siguen.

Esta afectación del sistema, genera millones de pesos de pérdida diarios a SAETA y a las otras empresas que operan con esta red, y es de esperarse se hagan cargo de este perjuicio. Lo que no recupera nadie son los dolores de cabeza, impaciencia y mal humor de la gente que quiere viajar y no puede.  

La explicación

Bizland, una empresa que dice tener más de 40 años de trayectoria de sistemas para el transporte público, realizó el viernes una denuncia penal por el delito extorsivo del que fue víctima, acusando a una organización delictiva internacional que se valió de una vulnerabilidad de los sistemas de un proveedor de la compañía para intentar irrumpir en las bases de datos y reclamar luego una compensación para la liberación del sistema.

De ser cierto esto, queda expuesta que tanta experiencia no sirvió de nada y no estuvo a la altura de los tiempos modernos.

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