Como regalo de cumpleaños eligió hacerse una "lipo" y terminó con una pierna amputada
La joven fue intervenida en una clínica del barrio porteño de Colegiales sin saber que su vida iba a cambiar por completo. Denunció a los médicos y alertó a otras mujeres para que no pasen por esa pesadilla, y vivan -como ella- momentos de angustia y desesperación.
Medios20/12/2017Mariela Ayala quería mejorar su figura y por ello, como regalo de cumpleaños, pidió una operación en el abdomen con transferencia de glúteos, más conocida como "liposucción". Para ello, se llegó a una clínica privada del barrio de Colegiales, en la Ciudad de Buenos Aires, esperando cumplir su gran sueño, pero una mala praxis hizo que todo se convierta en una pesadilla.
Como consecuencia del hecho, la joven sufrió la amputación de su pierna derecha. A través de las redes sociales, la joven denuncia haber sido víctima de mala praxis en una clínica privada de Colegiales y alerta a otras mujeres para que no pasen por esa pesadilla. Antes de la tragedia, Ayala acudió a un médico especialista en cirugía plástica, estética y reparadora, con el que decidió llevar adelante la intervención. Sin embargo, a los pocos días debió asistir de urgencia a la guardia del Hospital Churruca, por fuertes dolores en la espalda y allí descubrieron una enorme infección en su cuerpo, que obligó a los médicos a realizar una amputación infracondilea (es decir, a la altura de la tibia).
El principal acusado por parte de la paciente y de su abogado es el cirujano plástico, un extranjero, que efectuó la operación en el quirófano de un instituto de Colegiales. Por la intervención, Mariela había abonado la suma de 30.000 pesos, una cifra mucho menor a lo que sale esta operación, según expresó el abogado que lleva adelante la causa. “Me dio un recibo por una parte que fue la que aboné con tarjeta, del saldo en efectivo no tengo comprobante”, explicó la joven, que advirtió “a otras mujeres que tengan cuidado dónde se tratan, porque lo barato sale caro”.
Actualmente, Mariela está con “tratamientos psicológicos, psiquiátricos y con rehabilitación. ”Sinceramente me arruinó la vida, física y psicológicamente. Quedé inválida y casi me muero”, cerró la paciente acusando al profesional que le realizó la intervención.