“No le contés a tus papás porque se van a enojar”, fue la amenaza que hizo el abusador de seis menores a una de sus víctimas, quien luego de meses logró romper con el miedo de hablar y pudo delatar los frecuentes abusos sexuales que sufría a manos de su tío abuelo.
No sólo eso, sino también puso a salvo a otros cuatro primos y a una vecinita que fueron víctimas este sujeto, quien ahora cumple una pena de 10 años de prisión por haber cometido ocho delitos sexuales en perjuicio de seis niños, cuyas edades oscilan entre los 7 y 12 años.
Los abusos ocurrieron entre 2017 y 2018, con frecuencia en las casas de las víctimas, lugares que frecuentaban sin jamás haber levantado alguna sospecha de los padres de los menores, quienes le dieron toda su confianza para entrar y salir de sus casas.
Uno de ellos, incluso, le encomendó que llevará a su pequeña hija de 7 años hasta el colegio, circunstancias que aprovechaba para abusarla, algo que también se repetía con otros cuatro primos, quienes cayeron en las redes de este pervertido.
Para poder asegurarse la impunidad y el control sobre sus víctimas, y según surge del expediente, el acusado amenazaba a los menores.
El agresor sexual avanzó sobre otros campos desconocidos por la víctima, máxime cuando son aún niños, pues es mucho el desconocimiento de componentes del tipo sexual a una corta edad.
En este caso, utilizó los juegos para comenzar con los abusos, a través de tocamientos en las partes íntimas de los menores, para luego seguir con poses de neto corte sexual, todo ello en busca de una práctica sexual más corruptora, pues en los hechos denunciados, el tío abuelo buscaba que los menores tocaran su pene.
Por otra parte, y según surge de lo relatado por las víctimas, por lo general niñas, el acusado solía hablarles del “primer beso”, con lo cual buscaba generar cierta expectativa, de la cual pretendía aprovecharse para satisfacer su perversión.
Una de las menores, por ejemplo, le contó que una compañerita estaba iba a tener un hijo, a lo cual el acusado le replicó que eso le sucedió porque se metió con un chico que no sabía nada, situándose, a la vez, como una persona con mayor experiencia en la materia.
Todos estos detalles, referidos por los niños, sin dudas evidencias cómo el abusador, en las mismas narices de los padres de sus víctimas, había logrado no sólo el abuso de seis niños, sino mantener el silencio de los mismos y avanzar en el sometimiento, objetivo que, afortunadamente, fue desbaratado cuando una de ellas se animó y habló con su madre.