El calendario marca que este 23 de abril es el Día Internacional del Libro, efeméride que nace por iniciativa de la UNESCO en 1988, para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual, pero sobre todo para incentivar la buena compañía a través de los libros.
En ese sentido, ¿el salteño sigue leyendo? ¿Busca la lectura o se está escapando de las páginas? ¿Cuáles son los favoritos del momento? En la búsqueda de respuestas, InformateSalta estuvo conversando con Ana María Benedetti, propietaria de librería Rayuela quien primeramente rescató cómo la preferencia por buscar un libro, comprarlo y atesorarlo se mantiene vigente.
“Es una actividad continua de muchos años, el hecho de ir a una librería y buscar algo para leer, tenerlo en casa, atesorarlo, es una actividad que se renueva de distintas formas y se disfruta”, rescató Benedetti quien dijo que, a pesar de los cambios de los últimos años “los salteños siguen comprando libros, se siguen editando libros, se sigue apostando a la palabra en el papel”.
En cuanto al pública, hay de todo tipo para la multivariedad de opciones que hay en los estantes y mostradores, lo cual hace un tanto difícil hacer un ranking o listado de los géneros favoritos. “Hay público para todo, en general hay mucha novela, narrativa y política, eso es lo que más se busca fuera del ámbito académico; política siempre y más estos años, luego la narrativa y la novela histórica, siempre son de interés”.
Quienes no se quedan afuera de la lectura son los jóvenes; según indicó Benedetti, los adolescentes se sienten atraídos tras conocer una historia a través de la pantalla, por tanto van a buscarla en su versión papel. “Hay muchísima demanda en libros juveniles, a partir de producciones en Youtube o series como en Netflix, aparecen los libros y los chicos, los adolescentes consumen mucho esa literatura”, resaltó.
“Desde el fenómeno de Harry Potter para aquí, fue un detonante para que muchos se acerquen a leer, hay una tendencia a buscar el libro”
Por último y respecto a cómo la crisis económica impactó en la industria editorial, la propietaria reconoció que la incertidumbre también los afectó. “Hubo meses de mucha constancia en cambiar los precios, eso nos tenía preocupados con los cambios al día, la gente también estaba hostil al no saber cuánto salía algo; ahora hay pequeños aumentos, algunos mayores, estamos al pendiente de todo y acomodándonos para que siga funcionando el circuito”, sumó para concluir.