


Del pasado al presente: Güemes sale de sus cuadros para tener su “foto real”
Sociedad28/05/2025

La providencia de Dios supo poner en nuestra historia la magnánima y gloriosa figura de Martín Miguel de Güemes, de quien nos quedó su imperecedero legado, sus heroicas victorias ante los “godos”, su pensamiento plasmado en sus palabras y su inquebrantable convicción por la libertad. Pero aquello que no nos quedó de Güemes fue un dibujo, un retrato o un cuadro de cómo lucía en vida. El rostro del prócer que conocemos, bien se sabe, es producto de una reconstrucción que artistas hicieron entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, siendo el más reconocido el confeccionado por Eduardo Schiaffino, ilustración que el Gobierno de la Provincia lo decretó como oficial.
Ahora, ese rostro de Güemes vuelve a impactar, pues el talento y el esmero se transmutaron en una ilustración digital que recrea el perfil del padre de los pobres, para darle una dimensión realista, con una imagen que pareciera haber sido tomada por la cámara de un celular hace apenas unos segundos, como si el general estuviera entre nosotros y alguien le hubiera pedido su fotografía.
Por las redes sociales se estuvo viralizando el trabajo que realizó Ramiro Ghigliazza, diseñador y artista plástico quien, desde hace ya unos años, sorprende a los argentinos con sus recreaciones realistas de los rostros de los principales próceres y figuras de la historia argentina. No solo supo darle realismo a los perfiles de San Martín o Belgrano, sus obras más reconocidas obviamente, también recreo las caras de Mariano Moreno, Guillermo Brown, Justo J. de Urquiza, Juan Bautista Alberdi, Remedios de Escalada, entre otros.
Ramiro ya había trabajado en el rostro de Güemes tiempo atrás, pero ahora la figura del máximo héroe del norte vuelve a acaparar su tiempo y su atención, al estar recreando el dibujo de Schiaffino para que éste luzca realista, tratando de “sacar” al héroe gaucho de su cuadro, permitiendo la sensación (y la emoción) de apreciarlo como si se lo tuviera frente a frente.
“Estoy trabajando en Güemes y es apasionante”, reconoce el artista al hablar con este medio y confiesa que hacer estas creaciones “es muy agradable porque, cuando uno comienza a conocer la vida de estas personas, de las que a veces solo tenemos nociones básicas, uno encuentra algo apasionante, empezamos a descubrir muchas cosas como si fuera una película”.
En 2014, Ramiro comenzó con San Martín pues “lo tenía de referente”, sin imaginarse todo lo que vendría después, con pedidos para traer a la vida a nuestros próceres y saber cómo habrían lucido, de un modo más natural y no tan condicionado por los pinceles o los óleos, con muestras y exhibiciones por todo el país, entre otros momentos reconfortantes. “Hay gente a la que la patria la emociona hasta las lágrimas; en las grandes urbes hay gente que sabe un montón y de forma técnica pero, cuando te alejás de esas ciudades, hay personas que te muestran sentimiento, una emoción que les sale del corazón; ver que les pasa eso con mis trabajos, a mí también me emociona”, explicó.
Barba florida y entera
Ahora, el artista estuvo compartiendo los avances de su trabajo en Güemes. La publicación de sus ensayos seis y siete del prócer le implicaron “una lluvia de likes” en las redes sociales, como también que los usuarios compartieran el mismo. El perfil del primer gobernador electo por el pueblo salteño tuvo en cuenta no solo la carbonilla de Schiaffino, también se guio por un informe policial que dejó detalles de los rasgos de su rostro: ojos pardos, cabellos rojizos, además de una mirada “interpeladora”. Infaltable es su barba florida y entera, como dice Jorge Cafrune en la letra de la chacarera, como su característica casa militar (o dolmán), que se conserva en el Museo Histórico Nacional.
Una labor de tal magnitud y precisión puede demandar un par de semanas como extenderse más de tres o cuatro meses. En el proceso, los ensayos son importantes para ir midiendo las correcciones y afinando los detalles. Así, la inteligencia artificial también juega su papel, ayudando al artista en algunas definiciones o rasgos. Luego, el fotomontaje se reitera todas las veces que se precisen, retocando, desformando y transformando las partes, procurando el mejor resultado posible. “A diferencia de San Martín, aquí no tenemos un retrato, entonces hay una subjetividad que es terrible porque todos tenemos la imagen de Güemes formada”, reconoce sobre el peso que asume la labor al abordar un personaje tan importante para Salta, para el norte y para Argentina en sí. Pero junto a la cara de la moneda, del otro lado está ese interés que suscita en la sociedad para querer conocer más al prócer, su lucha y su legado.
“A Güemes lo conocen muy poco, es bueno retratar a los próceres conocidos pero también a los desconocidos, así la gente se interesa, es bueno empezar a hablar de lo significante que fue su vida, sus obras; estas cosas nos acercan a la patria, la juventud también se interesa por saber quiénes fueron los que dieron sus vidas por nuestra Argentina”, se enorgullece Ramiro.
El legado del don Martín Miguel lo tiene ocupado porque, además de la ilustración de su rostro, hay otra obra que también requiere de su tiempo y entusiasmo: Se trata de “La Muerte de Güemes”, el cuadro de Antonio Alice que retrata el momento en que el prócer falleció en la Quebrada de la Horqueta, rodeado de los suyos y tras hacerlos jurar de no abandonar la lid para consolidar la emancipación. El diseñador ya se encuentra abocado en la representación realista de la pintura, que actualmente se resguarda en el recinto de sesiones de la Legislatura Provincial.
Una vez que su recreación de Güemes esté finalizada, el artista no niega que le gustaría traerla hasta la provincia, para compartirla en exhibición con los salteños, que estos puedan apreciarla. “Me encantaría ir a Salta a presentar mi trabajo, estoy en contacto con el chozno (del héroe) y él me va sugiriendo cosas; si pudiera ir sería fantástico, ojalá que mi trabajo pueda sumar” y aportar a la revalorización histórica, se sinceró.
El misterio de su imagen
Dijo el poeta Julio César Luzzatto que el rostro de héroe salteño “no está porque su figura entró con él a la noche”, pero que “para dibujar la estampa del Güemes que hoy se conoce, los pinceles escucharon la voz antigua del monte”. Es que el prócer no tuvo tiempo para los pinceles o para posar en medio de su atareada y ocupada vida, dedicada al servicio de la patria.
Esa cara que hoy está presente en monumentos, museos, ilustraciones y demás, surgió de las reconstrucciones que surgieron de los testimonios que se obtuvieron de aquellos que lo conocieron, como también de las descripciones aportadas por sus descendientes. Dato de común conocimiento es que una de las primeras interpretaciones del rostro de Güemes se confeccionó usando de modelos a sus hijos, Martín del Milagro y Luis Güemes Puch, además de su sobrino nieto, Carlos Murúa Figueroa, pues sus contemporáneos afirmaban que había mucho parecido en la fisonomía de estos con el héroe gaucho.
Esa reconstrucción permitió otras representaciones posteriores, que también se hicieron ecos de descripciones aportadas por historiadores, que consignaron la descripción de Güemes como un hombre de cabello y barba negra y crecida, piel blanca y pálida, de mirada aguda con ojos pardos, además de ser de elevada estatura.
Vicente Fidel López, recordando lo que le contó su padre Vicente López y Planes, supo describir a Güemes como “alto, delgado, flexible, de rostro rectilíneo aunque no abultado, y ojos claros”. Mayores precisiones aportó la célebre escritora Juana Manuela Gorriti quien, en su infancia en Los Horcones, pudo verlo al prócer del cual redactó una descripción inmaculada: “un guerrero alto, esbelto, de admirable postura, de cabellera negra, de largos bucles y una barba rizada y brillante, encuadraban su bello rostro de perfil griego y expresión dulce y benigna”.
Vale indicar que la “foto oficial” del héroe gaucho fue realizada en 1902 por Schiaffino. Su creación fue adoptada como retrato oficial a través de un Decreto de la Provincia en 1965, durante el mandato del gobernador Ricardo Durand. En los considerandos, se explicita que se aceptó lo “fidedigno” del rostro de Güemes por cuanto “eminentes autoridades en la materia, como el doctor Luis Güemes (biznieto del héroe) y el doctor Atilio Cornejo, afirman que el retrato realizado por el artista Schiaffino es el que se reproduce con exactitud la efigie del general gaucho”, tal cual se lee en el Decreto N° 8.988 del 15 de junio del mencionado año.









