



El cortejo fúnebre partió desde la Casa del Bicentenario, con un recorrido por calles céntricas, incluyendo una emotiva parada frente a la histórica casa de calle Pizarro, antes de dirigirse al Cementerio Parque, donde recibió su sepultura.
Desde temprano, una multitud se congregó para rendir homenaje a quien, junto a Ucucha Franco y Pitín Salazar, marcó un hito en el folclore norteño desde que ganaron el Festival Nacional de Cosquín en 1972. Aquel triunfo no solo fue un impulso artístico para el grupo, sino también un orgullo para todo Orán, que vio en Federico Córdoba a un embajador cultural incansable.
El pueblo de Orán, y todo el país, lo despidió con profundo dolor, entonando sus canciones que quedarán perpetuadas en nuestro folclore, en nuestra memoria, en nuestro corazón.











