“Los valores, ideales y visión de una sociedad no pueden cambiar en función de las encuestas”

Es cierto que los resultados de las encuestas serias no varían mucho y los candidatos miran más o menos las mismas encuestas. Sin embargo las miradas sobre los mismos datos no siempre son las mismas, tanto de los analistas como de los políticos. Personalmente creo que las encuestas son referencias fundamentales, pero no pueden ni deben ser imágenes deterministas sobre una realidad inmodificable. Al contrario, un verdadero político, con mayúsculas, un líder, deber tener los datos de una encuesta como un piso para transformar la realidad. Los políticos que son ¨seguidores de encuestas¨ y repiten como loros lo que la gente quiere escuchar, tarde o temprano terminan inmolándose en los vaivenes de la opinión pública.

Es verdad que no se puede ignorar lo que la gente en un tiempo histórico piensa, pero los verdaderos políticos, con valores, con ideales de sociedad, con ideología, toman como referencia la encuesta de opinión, pero no se rinden frente a la opinión coyuntural de la gente. La opinión pública es volátil, caprichosa, no siempre es equilibrada y se tiende a dejar llevar por las pasiones del momento.

Sin el temple de un buen político centrado, podemos caer en la peor demagogia si no ponemos a las encuestas y a la opinión pública en el lugar que corresponde. La opinión pública es como una ola, que el político debe aprender a surfear, pero que a veces tiene que enfrentar para no llevar a las sociedades a abismos propios de los caprichos de algunos tiempos históricos. El verdadero político tiene que tener la capacidad de liderar esos procesos, no desbocar las tendencias, marcar los límites y encauzar las olas hacia el ideal de sociedad que visualiza. El verdadero político es aquel que logra convertir el yo en nosotros. Volviendo a la metáfora de la ola, el único pez que nada a favor de la corriente es el pez muerto. A veces hay que acompañar los procesos y surfearlos y otras veces hay que ir en contra de la corriente, en función de las convicciones, visiones e ideales de un político. Las opiniones públicas van y vienen, los valores e ideales y visión sobre una sociedad no pueden cambiar en función de las encuestas. 

Fuente: www.informatesalta.com.ar