Empezó 1° grado a los 64 años y en la escuela se encontró con sus hermanas tras cuatro décadas sin verlas

Llevaba más de cuatro décadas sin saber nada de su familia.

Nacional 05/09/2017

Rosendo Vargas tiene 64 años. Vive solo en una precaria vivienda en el barrio Los Robles, al oeste de la ciudad de Córdoba. Es analfabeto y hace poquito retomó primer grado.

Vargas es albañil, pero hoy está jubilado y dedica su tiempo a aprender todo lo que no pudo cuando era joven y debió salir a trabajar.

Cursa en la escuela Lino Acevedo, que se especializa en educación para adultos y gracias a sus profesores pudo reencontrarse con sus hermanas, a quienes no veía desde hace 44 años.

Un día Rosendo le contó a su maestra, Susana Flores, la directora del establecimiento educativo, la historia de su vida.

Y le reveló que hacía muchos años que no tenía noticias de sus hermanas y que tenía ganas de reencontrarse con ellas pero que "no sabía cómo hacerlo".

"Entonces nos pusimos a investigar con el profesor de psicología. Fernando Gerez. Sólo teníamos los nombres. Las empezamos a buscar por Facebook, hasta que las encontramos a una de ellas. Nos pasó el celular y la contactamos con Rosendo", contó Susana.

Desde entonces, este albañil jubilado y sus dos hermanas, Juana (62) y Vicenta (60), comenzaron a comunicarse por teléfono por videoconferencia.

"Nos empezamos hablar por teléfono y estuvimos comunicándonos así por dos meses. Hasta que acordamos que era tiempo de que nos viéramos en persona", dijo Rosendo.

El encuentro ocurrió el lunes 28 de agosto en la escuela Lino Acevedo.

Ese día sus dos hermanas llegaron desde Mendoza a la capital cordobesa y le dieron la sorpresa a Rosendo, quien aseguró que nunca soñó con reencontrarse con su familia.

"Fue una emoción enorme. Nos abrazamos muy fuerte. Y estuvimos hablando horas. Los tres compartimos una historia de vida muy dura. Y por distintas cosas de la vida nos separamos. Pero gracias a los profes de la escuela ahora estamos otra vez juntos", agregó Rosendo.

"Es muy difícil explicar todo esto. Todavía no registro este encuentro: es como que vivo en el aire, pero me siento muy feliz, agradecido, tuvimos una infancia muy dura y hoy reencontrarnos es muy fuerte”, confesó Vargas emocionado.

El encuentro de los hermanos también fue emocionante para Susana.

"Fue muy importante porque hay muchos chicos que abandonan la educación por distintos motivos y la historia de Rosendo es un ejemplo para la sociedad y el colegio", soltó la maestra y directora de la escuela.

Cuando se vieron, los hermanos se hundieron en un largo abrazo y celebraron el reencuentro con un brindis. Obviamente, también participaron profesores y alumnos de la escuela

Juana y Vicenta se quedaron unos día en Córdoba y después volvieron a Mendoza.

"Durante esos días fue como volver a nacer. Estuvimos todo tiempo juntos. Conociéndonos de vuelta. Ellas ya volvieron a sus casas pero quedamos en que el próximo mes yo voy para allá a visitarlas", contó Rosendo, quien gracias a la escuela y la educación recuperó su identidad y su familia.

Solo tuvo que esperar 44 años.

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