



Al cumplirse dos años del inicio de la gestión presidencial de Javier Milei, un repaso por sus principales promesas de campaña permite observar avances concretos, compromisos aún pendientes y otros que no se concretaron.
Se realizó una síntesis del estado de esas promesas, clasificándolas en cumplidas, demoradas e incumplidas, de acuerdo con las medidas efectivamente implementadas hasta el momento.
Promesas cumplidas
Entre los compromisos que el Gobierno considera cumplidos se destacan medidas de fuerte impacto económico y estructural. Una de ellas fue la reducción del gasto público, eje central del plan de ajuste fiscal impulsado desde el inicio de la gestión, junto con el objetivo de terminar con la inflación, uno de los principales ejes discursivos de la campaña presidencial.
También se avanzó en la privatización de empresas públicas deficitarias, la quita de regulaciones para mejorar la competitividad fiscal, la reducción de impuestos y simplificación del sistema tributario, la prioridad en la lucha contra el narcotráfico y la creación del Ministerio de Capital Humano, que unificó áreas sociales clave del Estado.
Promesas demoradas
Otras iniciativas, anunciadas durante la campaña, continúan en proceso o no lograron concretarse plenamente. Entre ellas se encuentran la dolarización de la economía, el reordenamiento del sistema educativo para que las familias puedan elegir escuela con financiamiento estatal, la reforma de la Ley de Seguridad Nacional y el compromiso de proteger al niño desde la concepción.
Desde el Ejecutivo señalan que muchas de estas medidas dependen del contexto económico, del acompañamiento legislativo o de reformas estructurales más profundas.
Promesas incumplidas
En el listado de compromisos que no se concretaron figura el anuncio de cerrar el Banco Central, una de las propuestas más emblemáticas de la campaña de Milei. También aparece como incumplida la promesa de hacer que el ajuste lo pague exclusivamente el Estado, ya que diversas medidas de ajuste tuvieron impacto directo en sectores de la población.
Asimismo, no se avanzó en el corto plazo con la no arancelación de la universidad pública, punto que generó fuerte debate político y social durante estos dos años de gestión.
El repaso de las promesas de campaña muestra un gobierno que avanzó en reformas económicas profundas, pero que también enfrenta límites políticos, sociales y estructurales para cumplir la totalidad de sus compromisos electorales. A dos años de gestión, el balance continúa abierto y sujeto a la evaluación permanente de la sociedad.










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