Se arranca los ojos bajo los efectos de la metanfetamina

“Llegué demasiado tarde", aseguró su madre.

Medios24/02/2018
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Kaylee Muthart es una joven residente de Anderson, en Carolina del Sur, Estados Unidos, quien se arrancó sus propios ojos frente a una iglesia bajo los fuertes efectos de la metanfetamina. Ahora, mientras se recupera, su madre ha querido dar a conocer el suceso de su hija para concienciar sobre las posibles consecuencias del consumo de drogas.

Los efectos de las drogas en los seres humanos pueden llevar a realizar actos terribles, como en el caso de esta joven de 20 años de Carolina del Sur, Estados Unidos, quien se arrancó los globos oculares durante una alucinación producida por el consumo de metanfetamina.

Según informa People, varios testigos del suceso intentaron ayudar a Kaylee, pero está se negó, por lo que solo pudieron alertar a los servicios de emergencia, quienes la trasladaron al Hospital Greenville Memorial.

Ya en el centro sanitario, los médicos no pudieron hacer nada por salvar los ojos azules de la joven. En su lugar, limpiaron los restos que quedaban dentro de sus órbitas para prevenir infecciones.

Katy Tompkins, madre de Kaylee, cuenta al medio americano lo difícil que fue el momento en el que los médicos le comunicaron que su hija no volvería a ver nunca más. "Fue una lucha, ni siquiera puedo explicar esa sensación cuando me enteré, fue horrible", anuncia Tompkins."Estaba agradecida de que estuviera viva, pero sabía que algo andaba mal con ella", agrega.

Los médicos que atendieron a Kaylee creen que la joven consumió metanfetamina probablemente mezclada con otro químico el día del suceso, lo que le causo alucinaciones. Los testigos han narrado que la joven estaba “patas arriba” frente a una iglesia, ya que ésta aseguraba entonces que unas voces en su cabeza le gritaban que “sacrificara sus ojos” para poder llevarlos al cielo.

Mientras la joven se recupera, su madre ha decidido dar a conocer el terrible suceso con la intención de concienciar a los jóvenes sobre los efectos de las drogas.

Tompkins asegura que su hija comenzó a consumir marihuana y luego metanfetamina sin que nadie lo supiera cuando se mudó de casa hace un año.

La joven aceptó entrar en una clínica de rehabilitación una semana antes del suceso. “Llegué demasiado tarde", asegura su madre.

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