"Otros escenarios": La Orquesta Sinfónica se presentará en Ciudad del Milagro

Cerrando el ciclo "Otros Escenarios" de este año, la agrupación dirigida por Noam Zur visitará a los vecinos de zona norte este fin de semana. La invitación está hecha para este viernes 23 de noviembre, a partir de las 20.30 hs. en la Parroquia Señor y Virgen del Milagro.

El repertorio estará integrado por la Obertura El barbero de Sevilla de Gioacchino Rossini, la Sinfonía concertante, en si bemol mayor, Hob. I/105 de Franz J. Haydn, y la Sinfonía Nº 25, en sol menor, K. 183 de Wolfgang A. Mozart.

Actuarán en calidad de solistas: Emilio Lépez en oboe, Antonio Aray en fagot, Nicholas Robinson en violín  y Eva Solá en cello. Todos ellos, músicos integrantes de la Orquesta Sinfónica de Salta, que se han presentado en numerosas oportunidades en calidad de solistas,  desarrollando además una intensa actividad en música de cámara.

El repertorio

El barbero de Sevilla es considerada la representante de las óperas bufa, con música de Rossini y libreto de Sterbini, sobre la obra de Beaumarchais. Esta ópera de Rossini relata la primera de las obras de la trilogía de Fígaro, mientras que Las bodas de Fígaro, de Mozart, se basa en la segunda parte de la trilogía. La versión original se estrenó en la Comédie-Française del Palacio de las Tullerías, París. Fue la primera ópera representada en Argentina (1825), gracias a la gestión del Presidente Bernardino Rivadavia.

La Sinfonía Concertante en si bemol mayor fue compuesta por Haydn en 1792, durante su primera visita a Londres, por encargo del empresario y violinista Johann Peter Salomon. Se estrenó el 9 de marzo de 1792, con Salomon como violín solista, con tanto éxito que debió interpretarse varias veces. La obra está escrita para orquesta y grupo de cuatro instrumentos solistas: violín, viloncello, oboe y fagot.

Mozart escribió su Sinfonía Nro. 25 en sol menor en 1773. Es una obra turbulenta, llena de sentimiento, que comienza a liberarse del yugo musical barroco para crear nuevas sensaciones rítmicas y armónicas. Junto con la 40, son las únicas que compuso en modo menor. Se cuenta que comenzó a escribirla junto con la Nº 24 terminando ambas en tan sólo una semana. Una proeza para cualquier compositor y más si teniendo en cuenta en ese entonces Mozart contaba con tan sólo 17 años.