Lamas enfrentará un juicio que podría dejarlo 20 años tras las rejas

El ex cura, Emilio Lamas, goza por ahora del beneficio de prisión domiciliaria, autorizado de la jueza, Claudia Puertas, dicha situación podría cambiar drásticamente, sobretodo, si en el juicio el ex sacerdote es hallado culpable luego de que el caso sea elevado a juicio. 

De acuerdo a la calificación penal impuesta por el fiscal penal, Federico Obeid, de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Lamas deberá responder por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual simple, en ambos casos agravado por ser cometido por un sacerdote y por la guarda.

Al respecto, el Código Penal encuadra estos delitos en los artículos 119 y 127, los que establecen una escala penal que va de los 10 a 20 años de cárcel, con lo cual, ya sea que Lamas reciba la pena mínima o máxima, se deberá disponer su prisión efectiva, o sea, tras las rejas.

Lamas irá a juicio, posiblemente durante el primer semestre de 2019, por los delitos sexuales cometidos durante su función como párroco en Rosario de Lerma, lugar donde ahora se disputa salir a favor o en contra del ex sacerdote.

Otros casos

Previo al requerimiento de juicio en contra de Lamas, la Iglesia tuvo ya un duro revés judicial el 17 de octubre pasado, cuando la fiscal penal 2, María Luján Sodero, también de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual, elevó a juicio una causa penal seguida nada menos que contra el padre Agustín Rosa Torino, fundado de una orden religiosa que trascendió internacionalmente.

Rosa Torino atravesó el mismo camino que Lamas, pues a partir de la denuncia de tres ex integrantes del instituto religioso “Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista”, la fiscalía solicitó su detención, la que se cristalizó el 21 de diciembre del año 2016, hecho que escandalizó a Salta.

Su tiempo tras las rejas, sin embargo y al igual que Lamas, no perduro, pues en agosto de 2017, un fallo de los jueces, Félix Costas y Edgardo Albarracín, del Tribunal de Impugnación, tras una fuerte presión del Arzobispado, ordenaron la prisión domiciliaria del sacerdote en finca La Cruz, una propiedad que pertenece al instituto religioso que el cura fundó.

Este periplo se repitió con la monja Valeria Zarza, también perteneciente a la orden de los “Hermanos San Juan Bautista”, quien fue detenida e imputada por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, la misma calificación que Sodero aplicó a Rosa Torino.