La venida de la titular de ANSES a nivel nacional, Fernanda Raverta, y del ministro del Interior Wado de Pedro, la semana pasada a Salta, permitió descubrir el caos que se vivía en las sedes locales de este organismo.
A nivel local, hace tiempo que se conocen los problemas en la ANSES, con demoras y falta de atención, reclamos por malas condiciones laborales, discriminación y hasta falta de espacio, pues una de las sedes que sufrió un incendio nunca más abrió, etc etc
Sin dudas, este cúmulo de problemas no era conocido en Buenos Aires, donde pensaban que el camporista Marcos Vera y la abogada Susana Aramayo manejaban Anses de taquito.
Cuando Raverta llegó sonriente a la sede del organismo, ubicada en Jujuy 43, para participar de la entrega de distinciones a trabajadores, se dio con la verdad. Decenas de personas reclamando por la pésima atención, trabajadores suplicando lo echen a Vera por su pésimo manejo al frente del organismo, y medios de comunicación ávidos en encontrar respuestas a las múltiples quejas de los ciudadanos.
Obviamente, al ser consultada la titular nacional de Anses por la prensa sobre los problemas, contestó con evasivas. No estaba preparada ni sabía qué decir. La pasó muy mal. Lo mismo cuando luego llegó Wado de Pedro, quien se encontró con la multitud enardecida con estos funcionarios.
Claro, que poner a cualquiera en cualquier lugar es un error, y quedó claro que debe imponerse en la política también un criterio de idoneidad, mínimo aunque sea.
Fracaso conocido de antemano
Desde el primer día se anticipó desde todos lados que la designación de Vera era un error, o un capricho de algún trasnochado. Más allá de su total falta de conocimiento y experiencia, sumado al escándalo que lo tuvo como protagonista al intentar cobrar un IFE siendo que gozaba de un jugoso sueldo durante la pandemia, el acomodo de varios militantes en puestos de trabajo en Anses terminó de hartar a todos.
Vera, jefe de La Cámpora en Salta, estaba al frente de la UDAI Sur de Anses, y gozaba de la simpatía de Sergio "Oso" Leavy. Aramayo estaba al frente de la UDAI Norte. Si bien es procuradora y abogada, con especialización en Derecho Laboral y Derechos Humanos, su designación llegó por ser militante del Partido de la Victoria, cercana a la senadora nacional Nora Giménez.
Claramente ser militante no es habilitante para estar en un cargo, menos cuando se trata de uno tan importante como la ANSES, del cual dependen decenas de personas por sus trámites jubilatorio, pensiones, pago de planes, subsidios por desempleo, y cientos otros.
Tampoco está bueno que se mienta, porque quedó a las claras que en Buenos Aires desconocían totalmente esta situación de desmanejo, descontrol y pésima gestión de Anses en Salta. Basó una visita para darse cuenta en una hora lo que estaba pasando.
Sería bueno que se preste más atención primero en la designación de personas en los diferentes puestos. Y también que se escuche más a la gente, pues fueron ellos mismos los que hace tiempo venían advirtiendo esta situación.