De la Masacre de Ramallo a los 12 Apóstoles: las tomas de rehenes más sangrientas de la historia argentina

Nacional 06/10/2021
masacre

La dramática toma de un rehén ocurrida este martes en una vivienda de Caseros, que tras 10 horas de tensión terminó con la víctima hallada muerta y el secuestrador abatido por la Policía, hizo recordar de inmediato a otras situaciones similares vividas en la historia argentina.

Una de ellas fue la denominada “Masacre de Ramallo”, que tuvo lugar el 17 de septiembre de 1999 en la mencionada ciudad del noreste de la provincia de Buenos Aires. Durante la mañana de aquel día tres hombres asaltaron la sucursal del Banco Nación, luego de haber obtenido el dato de que la bóveda del lugar contenía una suma de dinero más fuerte que lo habitual. Sin embargo, a un vecino de la zona le pareció sospecha la presencia del trío y por eso alertó a la Policía.

Después de más de nueve horas de tensión, la policía mató al secuestrador y encontró muerto al rehén.

A los pocos minutos un patrullero llegó hasta la entidad bancaria, y a partir de ese momento el plan original de los delincuentes dio un giro inesperado. El simple robo derivó en una histórica toma de seis rehenes, entre ellos el gerente del banco Carlos Chaves, su esposa Flora Lacave y el contador Carlos Santillán.

Luego de 10 horas de diálogo con un mediador enviado por el Grupo Halcón, alrededor de las 21 los captores accedieron a liberar a dos de sus rehenes. Un “gesto de buena voluntad” que repitieron tres horas más tarde con otro de los cautivos. Aunque en este último caso no sin antes haber obtenido a cambio las llaves del tesoro del banco.


 
El GEOF, el GEO y el Grupo Halcón llevaron adelante el operativo de rescate frente al Banco Nación de Villa Ramallo. (Foto: DyN/El Ciudadano).

En medio de este escenario las horas siguieron transcurriendo y las negociaciones también, pero cerca del amanecer llegó lo peor. Mientras el delincuente Martín Saldaña continuaba dialogando con las autoridades, sus dos cómplices intentaron hacer “la heroica”: fugarse del lugar en el auto del gerente.

Justamente Chaves iba al volante, pero con un pan de trotyl adherido a su cuello que le daba ribetes de drama cinematográfico a su “status” de rehén. Aunque esto no era todo, ya que en el asiento del acompañante uno de los ladrones viajaba escudado por Lacave. Mientras que el tercer asaltante tenía a Carlos Santillán como “escudo humano”. Todo transmitido en vivo y en directo por los canales de noticias, que habían mantenido sus cámaras prendidas allí a la espera del desenlace.

Luego de que el gerente pusiera primera lentamente, se comenzó a escuchar una brutal balacera que incluyó más de 170 disparos, de los cuales 46 impactaron en el coche y sus ocupantes. La lluvia de tiros provocó que Chaves, Santillán y Javier Hernández, el jefe de la banda, murieran en el acto. En tanto que el otro delincuente, Carlos Martínez, sufrió graves heridas y Lacave resultó ilesa por milagro.


 
El Volkswagen Polo verde, perforado por las balas. A su lado, el cuerpo del contador Santillán. (Foto: DyN).

Saldaña, el ladrón que se había quedado negociando dentro del banco con la Policía, fue detenido tras el sangriento tiroteo pero igual tuvo un triste final. Al día siguiente lo encontraron ahorcado en su celda de la Comisaría 2°. de Villa Ramallo, aunque muy pocos creyeron que se tratara de un suicidio.


Los “12 Apóstoles” de Sierra Chica

Si bien las cárceles suelen ser el escenario de violentos motines con toma de rehenes, hubo uno que marcó a fuego la historia penitenciaria de la Argentina. Se trata del tristemente célebre “Motín de Sierra Chica” liderado por 13 de los presos que estaban alojados en esa cárcel de Olavarría, y a los cuales se conoce como “Los 12 Apóstoles” ya que uno de ellos murió durante un enfrentamiento a balazos con los guardiacárceles en medio de la revuelta.

Todo comenzó durante la tarde del sábado 30 de marzo de 1996 y en la mencionada Unidad Penal N°2 de Sierra Chica. Trece detenidos que pretendían huir del lugar decidieron amotinarse y por eso fueron hasta la entrada principal del complejo, y cuando los guardias armados empezaron a dispararles pusieron como “escudos humanos” a los penitenciarios que minutos antes habían tomado como rehenes, algunos de los cuales resultaron heridos.


 
En total fueron ocho días de crueldad y violencia en la Unidad Penal N°2 de Sierra Chica, en Olavarría.

Pero cuando se dieron cuenta de que su intento de escape comenzaba a frustrarse, los “apóstoles” se replegaron hacia el interior del penal y allí atacaron y asesinaron a varios integrantes de un grupo rival. Esto además de descuartizarlos e incluso incinerarlos en el horno de la panadería de la cárcel. Una bestialidad alimentada por los posteriores rumores sobre que prepararon empanadas con los restos de sus “enemigos”. Un mito urbano que nunca fue confirmado, aunque tampoco nadie se animó a desmentirlo.

El ministro de Seguridad bonaerense confirmó que el hombre atrincherado sufría problemas psiquiátricos.

El motín más sangriento en la historia de las prisiones argentinas se extendió por ocho días, y luego de entregarse, la docena de partícipes terminó liberando a los rehenes que mantuvo con vida. En febrero de 2000 los amotinados fueron juzgados y hubo diversas sentencias: desde la reclusión perpetua hasta la absolución en uno de los casos.


Una doble toma de rehenes en La Paternal

El “podio” de las tomas de rehenes más sangrientas en territorio argentino lo completa un hecho sucedido ya en el actual milenio, más precisamente el 2 de marzo de 2000. Aquel día dos asaltantes armados con tres pistolas entraron a robar a una concesionaria de La Paternal, pero quedaron cercados por la Policía.


 
Los dos delincuentes junto a una de las personas tomadas como rehenes en marzo de 2000 en La Paternal. (Foto: DyN/Tony Gómez)

Tras esto tomaron como rehenes a dos empleados y lograron escapar hasta una casa de familia, donde tomaron a otras tres personas como cautivas. El dramático final llegó siete horas después, cuando los asaltantes quisieron huir a pie, pero murieron baleados en el intento.

Tres de los 183 agentes de la Policía Federal que participaron del operativo también recibieron disparos, y dos de los rehenes fueron internados con heridas de bala pero fuera de peligro. /TN

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