La marcha para reclamar justicia por el quiosquero asesinado este domingo en la localidad bonaerense de Ramos Mejía terminó con corridas, forcejeos, lesionados y gases lacrimógenos.
La tensión social por el crimen, que cuenta con dos detenidos, ya venía en incremento desde la noche del domingo en la comisaría ubicada a tres cuadras del hecho de sangre, cuando se presentó el ministro de Seguridad, Sergio Berni.
En la tarde del lunes, algunos vecinos forcejearon con policías para retirar vallas de seguridad.
Luego, los incidentes se intensificaron con los vecinos de la zona increpando duramente a la policía apostada para prevenir nuevos disturbios.
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