En medio de las charlas diplomáticas entre Rusia y Ucrania para un alto el fuego, el cese de las hostilidades parece aún más lejano. Estados Unidos informó que tiene indicios de que desde Moscú planean enviar 1.000 mercenarios a Donbás para intensificar la invasión.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, apuntó en una rueda de prensa que tienen “indicios” de que Rusia planea enviar alrededor de 1.000 mercenarios a la región del Donbás, en el este de Ucrania.
Por su parte los ucranianos aseguran que Rusia está atacando ciudades en las que prometió reducir su ofensiva. En las últimas horas tropas rusas atacaron los alrededores de Kiev, algunas horas más tardes de que Moscú prometiera reducir las operaciones militares en ese lugar para incrementar la confianza entre las partes de cara a las negociaciones para la paz.
​Las tropas rusas también intensificaron sus ataques en la región del Donbás y alrededor de la ciudad oriental de Izyum, que se ubica en una importante vía hacia Donbás, luego de reposicionar unidades desde otras áreas, indicaron autoridades ucranianas.
Por esto, desde Estados Unidos desconfían de las negociaciones a las que catalogan como una estrategia para ganar tiempo y reagruparse. "Rusia no está en condiciones de negociar seriamente porque tiene que hacerlo mejor en la guerra", dijo François Heisbourg, un analista de defensa francés de la Fundación para la Investigación Estratégica, según publicó Clarín. "Esta es una oportunidad para que los rusos se consoliden, se reagrupen, se retiren de lugares fuera de su alcance logístico, donde ya se han quedado sin alimentos y municiones".
Mientras Occidente especulaba en algún momento con que la presión de los ciudadanos rusos lleven a Putin a detener la guerra, la popularidad del mandatario ruso alcanzó el 83% en su país según un sondeo del Instituto de estadística independiente Levada. Para tener un dato con el cual comparar esto, en febrero la tasa de aprobación alcanzaba el 71%.