Estudiantes llevan sus ofrendas a Pedrito Sanhueso, el niño mártir que “ayuda a aprobar”

Las vacaciones de verano comienzan lentamente a acabarse y se acercan las fechas de exámenes, es por ello que estudiantes comienzan a prepararse y piden una “ayudita extra”.

Hoy se vieron a los primeros grupos de jóvenes renovando sus promesas a Pedrito Sanhueso, el niño mártir salteño, cuyo santuario se encuentra en el Cementerio de la Santa Cruz, antes de regresar a las provincias donde están estudiando.

"Vine a despedirme, tengo una pequeña promesa. Vi la historia por Facebook y bueno, uno se acerca y se va preparado mentalmente. Mis vacaciones fueron más cortas este año por la situación; tengo que regresar antes para ver el tema del alquiler porque mis compañeros en Córdoba me dijeron que está complicado conseguir y caro', dijo Antonio a Con Criterio Salta.

De las diferentes partes de la tumba, cuelgan rosarios de todos colores, títulos universitarios, guardapolvos, juguetes e incluso vestidos de casamiento. Las paredes del improvisado mausoleo, donde descansa el cuerpo, están garabateadas con pedidos al milagroso niño.

Más de 70 placas de bronce y cientos de juguetes cubren el interior del tinglado-mausoleo. De la misma manera, se hacen presentes a los ojos de los visitantes con ofrendas que el tiempo no pudo desgastar. Además, en las paredes escriben la gracia que esperan recibir, el nombre de alguna persona o el lugar de donde visitan.

La horrenda muerte de Pedrito Sanhueso a los seis años, el domingo 19 de mayo de 1963, conmovió a los salteños que hoy lo consideran 'un niño milagroso, protector de los estudiantes'.

Fue su primo Pablo Copa, un mecánico de 20 años, quien lo vejó y golpeó hasta creerlo muerto. Llevó el cuerpo hasta un aljibe y lo tiró. Con el agua, Pedrito volvió del desmayo. Copa buscó un palo largo y lo hundió hasta ahogarlo."