



En la décima audiencia del juicio por la muerte de Diego Maradona, cuatro médicos complicaron la situación de Leopoldo Luque, su neurocirujano. Los profesionales que descubrieron el hematoma subdural que motivó la operación, declararon que el cuadro no requería intervención quirúrgica de urgencia.
“Yo le dije a Luque que la decisión del sanatorio fue que el hematoma no era quirúrgico, pero él igual decidió operarlo”
Entre los testigos se destacó Flavio Tunessi, médico de Gimnasia y del Sanatorio Ipensa, quien relató el deterioro físico de Diego y cómo gestionó su internación. Según explicó, los estudios detectaron un hematoma “pequeño y crónico” que, de acuerdo al criterio del equipo médico de Ipensa, no debía operarse.
“Yo le dije a Luque que la decisión del sanatorio fue que el hematoma no era quirúrgico, pero él igual decidió operarlo”, sostuvo Tunessi. En sintonía, el jefe de neurología Guillermo Burry explicó que recomendó un tratamiento conservador: “No había emergencia, era mejor hacer un seguimiento clínico”.
A pesar de las advertencias, Luque trasladó a Maradona a la Clínica Olivos, donde finalmente fue intervenido. Si bien la cirugía fue exitosa, los testigos advirtieron que implicaba serios riesgos para un paciente no compensado.
El juicio también reveló que Luque no participó de la operación, aunque luego se mostró ante los medios como el responsable del procedimiento. Su rol en esa decisión y en el posterior manejo del posoperatorio será clave para determinar su responsabilidad en la causa que investiga la muerte del Diez.





