Reynoso más complicado y demasiado cerca de la frontera

La causa penal contra el juez federal de Orán, Raúl Reynoso, no deja de sorprender. En las últimas horas surgió la preocupación en torno a la posibilidad de fuga del magistrado.

Justicia12/11/2015

Como ya lo ha dejado demostrado, Reynoso no dejó de lado su investidura de juez, como así tampoco sus privilegios, entre ellos el de movilizarse a diestra y siniestra en una ciudad que para cualquier delincuentes es ideal, pues la posibilidad de fuga está a unos cuantos pasos.

Asimismo, las intenciones de Reynoso por aclarar su situación se fueron desdibujando con el paso de los días, pues a las horas de los primeros allanamientos, el magistrado adelantó que estaba dispuesto a renunciar después de bridar su declaración.

Ayer, a días de que estallara el escándalo que lo tiene en el centro de la escena nacional y ante su turno para declarar, Reynoso prefirió, como lo adelantó este medio, dilatar su indagatoria con un planteo de recusación presentado en contra del juez federal 1, Julio Bavio, quien interviene en la causa.

El magistrado directamente remitió por fax su planteo y no apareció por el juzgado federal. Alegó enemistad manifiesta con su colega, con quien compitió en varios concursos, incluso la titularidad del juzgado federal 1, pero ni uno ni otro llegaron a obtener ese cargo.

La acusación es considerada una mera excusa, suficiente como para evitar la declaración indagatoria, acto procesal que con el volumen de pruebas que ya acumularon los fiscales, Eduardo Villalba, y Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad, sería suficiente para dicta un procesamiento en cuestión de días.

Pero, ¿qué paso con Reynoso? ¿Cómo es que decidió alejarse de sus primeras declaraciones y ansias por aclarar la situación a mostrarse ahora huidizo? La repuesta estaría casualmente en el cúmulo de pruebas que los fiscales han reunido, tanto en la investigación preliminar como posteriormente, cuando los otros supuestos cómplices comenzar a ser indagados.

El factor sorpresa, del cual sólo la abogada María Esper, logró saltar, fue clave, pues los abogados, al ser incomunicados, quedaron sin capacidad de reacción, por lo que al conocer la acusación penal, simplemente vieron por su propio pellejo y no dudaron en hacerse a un lado, y dejar expuesto al pez grande: el juez Reynoso.

La primera en darle un empujoncito al magistrado fue la abogada Lucinda Segovia, quien confirmó que al final del surco estaba Reynoso. Lo mismo hizo Migue Saavedra. Arsenio Eladio Gaona, cuñado del juez, optó por el silencio, aunque no se sabe si fue por solidaridad con el esposo de su hermana o bien por el tenor e las pruebas reunidas en la causa.

René Gómez declaró por varias horas, pero su situación sería comprometida, no tanto como la de Esper, pero lo suficiente como para que siga detenido, claro bajo la modalidad de prisión domiciliaria. Ramón Valor, otro de los abogados imputados, también trató de pasar desapercibido, pues junto a Esper, según trascendió, eran receptores de las migajas de esta banda.

Así, con el correr de los días, los avances en la causa terminaron por comprometer aún más al juez Reynoso, cuya actitud de no presentarse a prestar declaración, encendió una luz de alarma en el juzgado federal ante la presunta posibilidad de que el magistrado pueda fugarse, pues está a un paso de la frontera y todavía cuenta con todos los poderes otorgados a un juez federal.

Es por ello que no se descarta un pedido al Consejo de la Magistratura de la Nación a fin de que suspenda en sus funciones al juez, lo cual permitiría que la investigación siga su curso sin sobresaltos, ni dilaciones.

Fuente: La Voz de Salta

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