#Vaqueros: Una multitudinaria procesión y una catarata de reclamos
Las celebraciones religiosas debieran dejar de hacerse por las rutas o caminos más transitados. El flujo vehicular estuvo horas demorado en el único paso hacia La Caldera, una Ruta Nacional. ¿Se puede hacer una procesión respetando el derecho de los demás?
Reclamo29/08/2016Miles de hombres, mujeres, niños y ancianos, desde muy temprano, se apostaron a la vera de la ruta nacional 9, que atraviesa al pueblo de Vaqueros, para participar de la procesión del Santo Patrono del pueblo, San Cayetano.
Se estima que hubo más de 20 mil personas en los honores, que concluyeron en un festival folclórico en el Fortín de Vaqueros. Allí los gauchos pudieron disfrutar de 25 montas, un encuentro de tropillas de Salta y Jujuy. Al finalizar el evento, se ubicaron en el lugar los carros que ofrecieron comidas regionales. Sin dudas fue un día de fiesta para los vaquereños. Pero, ¿y los demás?
Es tradición en todos los municipios del interior hacer sus celebraciones en la calle principal, no importa si se trata de una ruta provincial o nacional, menos que sea la única vía de paso.
El caos que provocó la procesión ayer en Vaqueros fue impresionante. Y es que la ruta 9 es la única vía hacia el norte (La Caldera, Jujuy, etc), y las demoras en el tránsito hizo que cientos de conductores estuvieran horas varados. Incluso el servicio de transporte público quedó atascado. ¿Qué pasaba si una ambulancia debía cruzar Vaqueros, por dónde lo hacía si hay un único paso?
¿No pueden las autoridades gubernamentales o eclesiásticas organizar sus festejo en otros caminos secundarios, o será que pierden valor religioso si no se hacen por el centro del pueblo?
Lo mismo sucede en la ruta 68, hacia los Valles Calchaquíes, que permanentemente es cortada por cuanta procesión, acto, bingo o desfile se organice en cada uno de los muchos pueblos que atraviesa. Algún día entenderán que no pueden por unos cuantos afectar el derecho de transitar de otros. El reclamo es el de siempre, aunque claro, esto ni a las autoridades ni a los curas parece importarles.