"Como sparring le di una piña a Mayweather y no quiso pelear más conmigo"

Entrevista a fondo con Luis Carlos “Potro” Abregú, quien estuvo a un paso de ser rival de “Manny” Pacquiao, por el título mundial welter de la OMB. Sus desafíos.

Deportes 24/07/2014

Estaba tan lejos del ruido que el niño con pólvora en los puños, hacía del silencio, su amigo. Chicligasta le dio su cuna, en el caliente campo tucumano. Allí creció con sus once hermanos. Y el número podría haberlo identificado con el fútbol, pero en su casa, las paredes solo hablaban de piñas.

1.- ¿Carlos, de qué manera empieza tu relación con el boxeo?

Desde chico, siempre me gustó. Solía entrenar a mi manera, tirando en bolsas improvisadas. Después, seguía mucho a mi hermano, que llegó a ser boxeador amateur. Muchas veces lo seguía y peleábamos seguido. Con conocidos y desconocidos. La verdad que a mi hermano le gustaba pelear. Muchas veces en la calle. Así empezaron mis primeros pasos con el deporte.

2- ¿Cuándo fue el momento que decidiste dedicarte por completo a la disciplina?

Sabía que me gustaba mucho. Me sentía con confianza de poder hacerlo. Fue allí que un día, en mi pueblo apareció un tío llamado Wilson Retamozo, esposo de una tía paterna. El vivía en Salta Capital, ciudad que siempre tuvo buen boxeo y gran repercusión. Yo sabia que era una buena oportunidad, si hasta llegó a ser la plaza principal del boxeo nacional. A él también le gustaba. Y le propuse que me trajera a la ciudad. Que yo quería entrenar, dedicarme al boxeo. Tendría unos 18 años donde vine por primea vez y a los 20 me quedé definitivamente.

3- ¿El profesionalismo lo modifica al atleta?

Siempre trate de ser el mismo. Yo desde un principio me focalicé en pensar a largo plazo. Sabia que necesitaba ser profesional, cuidarme en todo sentido y mantener mis valores y ser la persona que siempre fui. Con decirte que aprendí y mejore muchas cosas, pero nunca me alteró el hecho de ser profesional o más o menos conocido. Creo que siempre estuve con los pies en la tierra y por eso sigo en carrera. Nunca me detuve, ni si quiera cuando me caí. Y también sabía cuales eran mis limitaciones. Siempre supe eso y me propuse esforzarme al máximo.

4- ¿Cómo es un día de un boxeador de elite?

Es sacrificado. A diario entreno en doble turno, todos los días. Dependiendo de si hay alguna pelea, se va programando con mi equipo el tipo de entrenamiento y su intensidad. En este momento estoy en una etapa de mantenimiento. Poca sobrecarga, recuperarme de golpes y lesiones y esperar dos meses antes de la pelea para intensificar. Lo mismo con la alimentación , el descanso y el estudio del rival. Mientras se aproxima la pelea se focaliza todo y el cuidado se hace extremo., hasta llegar a entrenar triple turno sin días de descanso.

5- ¿Un boxeador local que te haya sorprendido?

El “Piojo” Corimayo. Tenía todo para ser un grande a nivel mundial. Al nivel de Mayweather, con eso te digo todo. Un talento natural, pegada con ambas manos, buena defensa, golpes variados. Sabia cosas que se aprenden de nacimiento. Esas que no se enseñan. Como esquivar golpes sin mirar. Un dotado.

6 - ¿Quién fue tu ídolo o referente?

Siempre me gustó Oscar de la Hoya. Lo admiraba mucho como peleaba. La técnica, la velocidad. Después, con el tiempo tuve la suerte de conocerlo. Una gran persona. Muy agradable, muy inteligente. Sigue siendo un espejo para todo boxeador, dentro y fuera del ring.

7- ¿Cómo fue convivir con quizás uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos como Floyd Mayweather?

No es un tipo fácil. Anda para todos lados con veinte tipos de seguridad. Es inaccesible. Con el agregado que es una persona muy especial. Tal cual se lo ve, en público, salvo algunos detalles, así lo es en persona. Dentro del ring un fenómeno. Es el único tipo del mundo, que a una distancia de dos a tres metros, te garantiza que te pega. Y te pega. Una velocidad infernal. Tuve la posibilidad de entrenar con él, un mes. Me pagaba por día. Imagínate que para mi era lo máximo. Entrenar con él, que te paguen y encima aprender. Prácticas muy intensas. Hasta que un día, haciendo de sparring, le di una mano que nadie nunca se la había dado y allí no quiso pelear más conmigo. Solo prácticas.

8- ¿Hoy peleas por dinero o por títulos?

Yo peleo por ambas. Es mentira hoy en día que te digan que pelean solo por ser campeón del mundo. Todos pelean para salvarse. Por eso existe toda la promoción y todo el negocio. Floyd, Paquiao, Cotto, quieren ser los números uno, pero antes y siempre, van por bolsas grandes. Son consagrados, pero esto es así.

9- ¿Cómo te llevas con el fútbol? ¿Cómo nace tu vínculo con Central Norte?

Me gusta mucho el fútbol. Lo sigo cuando puedo o me deja mi profesión. Con decirte que fui a ver Argentina -Nigeria a Brasil, con un grupo de amigos. Y me moría por quedarme. Uno como deportista siente muchas cosas parecidas, a pesar de ser otro deporte. Y en este caso, como argentino, era especial. Con respecto a Central, cuando llego a salta, mi manager Pablo Martínez me lleva a la cancha y me acerca al cuervo. En ese momento su hermano era dirigente cuervo y así nace el vinculo. Cuando puedo lo sigo, y le estoy agradecido al club porque en su momento me recibió y me brindó un homenaje después de una pelea.

10- Si tendrías que agradecer a alguien por tu carrera, ¿a quién recuerdas?

A mi familia, a mi equipo de trabajo, el profesor Jaime, mi manager pablo, que fueron quienes estuvieron conmigo desde un comienzo. A roca, que es el profe que se encarga de mi si peleo en EE.UU. A mis amigos, que no son del ambiente y me siguen y me apoyan. Mis hermanos, mis padres, que cuando pueden me van a ver pelear. Y al gobierno de Salta, a la Municipalidad, estuvo quien estuvo a cargo.

11- ¿Tienes relación con otros boxeadores argentinos?

Muy poco, si nos tratamos pero generalmente el boxeo no te permite relacionarte demasiado. En parte porque son rivales, quieras o no, y también porque el boxeador tiene su ego, es personal, independiente. Eso influye en las relaciones, al menos en competencia. Todos nos creemos el mejor y no damos lugar al otro. Aunque si charlamos, con Lucas Mathysse tengo diálogo más que con Maidana o Martínez.

12- Una potencialidad. Un detalle a mejorar.

Como virtud, no me doy por vencido jamás y siento que mi derecha pega duro. Es mi arma. Como cosa a mejorar, mirando otros boxeadores me gusta la defensa, y en general el estilo de Cotto, y la pegada con ambas manos del chino, que pega con un fierro. Obviamente la agilidad de Floyd. También me sorprendió las agallas de Chávez Jr. Tiene pasta el mexicano mas allá del apellido.

13- Un deseo a corto y otro a largo plazo.

Ahora estoy focalizado en mi próxima pelea, en China, en noviembre, con rival a confirmar en la antesala de Paquiao. Seguir en los top 5 y dar batalla. Calculo tener 7 u 8 años más de boxeo a gran nivel, por lo que esto recién comienza. Me siento muy bien y espero sino se da alguna pelea por un titulo importante, estando 2 y 3 del ranking, lo que es factible, alguna pelea por una bolsa interesante. A largo plazo, pienso seguir ligado al boxeo. Esto es lo que amo, que me apasiona y que me gustaría hacer toda la vida. Ya sea de entrenador, manager, dueño de un gimnasio. Siempre con boxeo. Y con mi pareja al lado y viendo crecer a mi hijo Bautista, por supuesto.

El hombre cada vez que puede se mira los nudillos. Como afilando con la vista, el arma letal. A su lado, lo acompaña según palabras de “Potro”, el próximo campeón del mundo, el joven de Tartagal, Leonel Cáceres Llevara. Ambos respiran boxeo. Ambos huelen la sangre, pero con la mirada calma, la respiración profunda, la pose de la buena gente del interior. Pero se que están listos. Tienen ojos en la espalda y sus oídos desean mas que música, un sonido de campanas. Por las dudas, lo atiendo de la manera más cordial posible y con la guardia en alto. 

Entrevista realizada por Nicolás Cortés

Fuente: www.informatesalta.com.ar

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