Un paseo hacia la Puna Salteña

El blanco penetrante de la sal alrededor de los ojos de mar, el azul profundo del agua, los tonos rojizos de las montañas y volcanes y un celeste en el cielo que nunca antes había visto.

Turismo 01/09/2019
tolar grande (2)

Sobre la ruta provincial 27 y a la vera de las vías del Ferrocarril General Belgrano se encuentra Tolar Grande, un pequeño poblado que se estima no cuenta ni con 300 habitantes.

Cuando llegamos ya había anochecido, y solamente quién ha pasado una noche en la cordillera puede comprender la sensación que genera tener el cielo ahí… tan cerca que por momentos pensás que lo vas a tocar. Estamos a tan solo 3.508 msnn, pero la contaminación lumínica artificial es casi nula.

Ya de día y deshaciendo el camino andado sobre la ruta 27, nos dirigimos hacia los “Ojos de Mar”, unos pequeños cuerpos de agua con más mitos que realidades alrededor.

Mucho se dice de ellos: que estaban originariamente conectados con el océano pacífico, que no tienen fondo o que son capaces de atrapar el espíritu de quién se les acerque.

Los antiguos pobladores los llamaban “puquios”, que en quechua significa “vertiente de agua pura y cristalina”, y consideraban que era un lugar maldito. Al acercarte a ellos, te hipnotizaban y te tragaban el espíritu. 

Alrededor de esto último, hay muchos rituales entre los cuales se encuentra el sacrificio de un cordero negro para ofrecerle a la Pachamama su corazón caliente y calmar su enojo.

Pero lo cierto es que estos pozos de agua salada fascinan más por su realidad que por estos mitos. Nada tienen que ver con el océano Pacífico ya que se trata de cuencas endorreicas de origen volcánico, de agua dulce que van adquiriendo salinidad a medida que descienden de las montañas.

tolar grande (1)


Habitantes milenarios


A casi 4.000 metros de altura están habitados por “estromatolitos”, conocidos por ser las estructuras primarias que posiblemente le dieron origen a la vida en la tierra, ya que son capaces de realizar la fotosíntesis y por ende producir oxígeno. De hecho, es el lugar en el planeta donde más alto se pueden encontrar y el único lugar del mundo donde conviven estromatolitos fósiles y estromatolitos vivos.

La primera recomendación de Gonzalo, nuestro guía, fue no tocar por ningún motivo el agua, ya que cualquier cambio en la composición de la misma puede afectar la vida de estos seres tan llenos de historia.

Mi recomendación: arrancar a la mañana temprano, llevar un amigo al que le guste mucho sacar fotos, posicionarse uno de cada lado de los ojos de mar, y jugar con los efectos de espejo que te regalan los puquios, el sol y las montañas.

Este viaje que les voy a seguir compartiendo en la próxima nota, fue posible gracias a Emilia, de Turismo responsable Salta, una agencia especializada en turismo alternativo, con oficinas en Santa Fé 90 en la ciudad de Salta; y a Gonzalo Zanassi, guía especializado en alta montaña . Acá su página oficial, para que vean todas las propuestas que tienen para conocer de una manera diferente el norte argentino. www.tures.tur.ar

ojos de agua tolar grande

Por Agostina Nieva para InformateSalta

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