Para De los Ríos, Macri es el principal afligido por solucionar la pobreza de la Patria

Luego que ayer el presidente de la Nación, Mauricio Macri, participara de la misa del Triduo el Milagro, Martín De los Ríos, diputado provincial y precandidato a renovar la banca, en diálogo con InformateSalta, aseguró que la razón de su visita no fue política sino que “tenía que ver con honrar a nuestros Santos Patrones”.

En ese marco, le quitó entidad a los dichos del Padre Méndez, quien consideró que su presencia era inoportuna, y aseguró que la gente fue sumamente respetuosa. “La voluntad de participar y honrar nuestros Santos Patronos no es patrimonio de nadie, nadie puede arrogarse la facultad de decir es oportuno o no que venga”, dijo.

También se refirió al mensaje del arzobispo Mario Cargnello, quien le dijo al Presidente que se llevará de Salta "el rostro de la pobreza". "Mauricio (Macri) es el principal afligido, compungido y desesperado por realmente cambiar la realidad de inmoral pobreza que hay en nuestra Patria”, dijo.

En ese marco, aseguró que fue la invitación a seguir trabajando todos juntos por cambiar ese rostro de pobreza, de aflicción, y de angustia. “Todos tenemos que tener el rostro de la pobreza en nuestra diaria actitud.

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"Todos tenemos que tener ese hermano necesitado como la razón para dejar el cuero en la cancha”

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Asimismo dijo que el mensaje no es solo para el Presidente sino para todos los que están en la función pública. “Es la misión que nos debe mantener en la política, desde Mauricio para abajo, sino vámonos a la casa, es lo único camino que nos tiene que quitar el sueño hasta encontrar la solución”, comentó.

También dijo que Mauricio (Macri) compartió el mensaje del Arzobispo al punto tal que aplaudió de pie. “Hay que aprender lo que el hermano que está en la pobreza nos enseña, que tiene que ver con la unidad, con tirar juntos para el mismo lado, de tratar de solucionar los problemas", insistió.

Por último, aseguró que no hubo ninguna reunión posterior con los dirigentes del espacio. “No la hubo porque no era una visita política, era una visita de fe, de respeto, el presidente vino a la misa final, y terminada la cual, compartió una diálogo o una pequeña reunión privada con el Arzobispo y volvió inmediatamente a su agenda presidencial en Buenos Aires”.