El hecho sucedió meses cuando la mujer denunció a su expareja por agresiones. El hecho sucedió en un boliche en el acceso de la ciudad en donde se encontraron.
La mujer fue abordada por su ex pareja, le quitó el celular y huyó. Ella lo alcanzó en el estacionamiento y le dijo que se vaya con él o le rompería el teléfono, ella accedió y se la llevó a su casa en barrio San Ignacio.
Al llegar, el sujeto se puso violento, destruyó el celular contra una silla y agredió físicamente a la víctima, dándole varios golpes de puño mientras la amenazaba de muerte. La damnificada logró escapar del lugar y posteriormente denunció el hecho.
Tras las agresiones, el hombre fue condenado por los delitos de lesiones leves agravadas por la relación preexistente y por constituir violencia de género, amenazas, daño y desobediencia judicial.
El juez Eduardo Sángari, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio, condenó al acusado a seis meses de prisión de ejecución condicional. Además, le impuso varias obligaciones durante dos años, como fijar domicilio y comunicar cualquier cambio, someterse al control del Programa de Supervisión de Presos y Liberados, prohibición de ejercer actos de violencia física o psíquica contra la denunciante y realizar tratamiento psicológico.
El juez también ordenó la extracción de material genético del condenado para su inscripción en el Banco de Datos Genéticos. Finalmente, se dejaron sin efecto las medidas sustitutivas impuestas previamente y se dispuso la firmeza del fallo.