La reacción negativa de la sociedad argentina a las medidas económicas y políticas, así como las acciones del presidente Javier Milei se ponen de manifiesto en las últimas encuestas sobre la imagen presidencial y del gobierno. El último estudio de Poliarquía, en ese contexto, arrojó que la percepción pública del mandatario cayó 7 puntos en un mes. Asimismo, también cayó la intención de voto para los partidos que integran la ‘coalición’ de gobierno: La Libertad Avanza y el PRO.
Las conclusiones que sacan desde la consultora que realizó la encuesta es que hay un ”cambio de expectativas” en la opinión pública a partir de los efectos recesivos de la política económica del Gobierno Nacional. En esa transformación del humor social, la desocupación vuelve a ser uno de los primeros temores de los argentinos y la inflación, a la baja pero amesetada, se sitúa en un lugar secundario en comparación a perder el empleo. Los tarifazos en los servicios públicos también representan una gran preocupación y alimentan el rechazo hacia Milei y su gestión.
Sobre este rechazo, uno de cada dos ciudadanos consultados afirmó que la cuestión de las tarifas los preocupa mucho y un tercio de los encuestados responsabiliza al gobierno actual de las penurias económicas. Además de los efectos de la recesión económica inducida por el propio Ejecutivo, la conducta agresiva del jefe de estado, manifestada en las redes sociales y en sus apariciones públicas en general, también es un factor de rechazo por parte de la población encuestada.
Con esta caída del 7 por ciento entre agosto y septiembre, la imagen presidencial se ubica en el 40 por ciento de valoración positiva. Se trata aún de un número que refleja una base de apoyo nada desdeñable, aunque un 29 por ciento de la opinión pública haya comenzado a asignarle responsabilidad sobre la situación de la economía, un ítem en el que el gobierno de Alberto Fernández aún aparece como principal responsable. Más allá de las particularidades, a un nivel global, los porcentajes del estudio reflejan que se terminó la estabilidad respecto a la imagen positiva del presidente y su gobierno a nueve meses de haber iniciado.
La aprobación del gobierno bajó 2 puntos mientras que la desaprobación subió 4. Asimismo, la opinión negativa sobre la situación económica subió unos 9 puntos al pasar del 45 al 53 por ciento, mientras que el optimismo ciudadano cayó 8 puntos. El correlato de estos datos es que, como se dijo, el desempleo aparece como principal fuente de preocupación en el 18 por ciento de los encuestados, la inflación se sitúa en el 14% y la bronca por los bajos salarios se eleva al 7 por ciento.
Intención de voto
En el plano político, la encuesta reflejó que la intención de voto del partido de Milei: La Libertad Avanza, cayó al 35 por ciento al perder 4 puntos en septiembre. El PRO, por su parte, cayó del 13 al 10 por ciento y en el disgregado universo político peronista, el kirchnerismo registró un incremento del 3 por ciento, ubicándose en el 16 por ciento de intención de voto, y el peronismo no K subió vertiginosamente del 5 al 12 por ciento. Pero el dato que quizás genere mayor alerta en el entorno inmediato de Milei es que la caída en la imagen presidencial se complementa con la suba en la imagen pública de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien goza de un 42 por ciento de aprobación