


La Bombonera estalló tras la eliminación de Boca, ¿quiénes fueron los únicos dos aplaudidos?
Deportes20/05/2025
La Bombonera se vistió de gala una vez más para una noche con clima copero. Con la abstinencia de Libertadores, los hinchas hicieron una tregua, cerraron la grieta por un rato y se unieron en un grito único para tirar adelante al equipo de Mariano Herrón. No alcanzó: el nivel de Boca volvió a estar por debajo de lo esperado, perdió con Independiente y quedó afuera de otro certamen. Se fueron abucheados casi todos los futbolistas (solo se salvaron dos) y la comisión directiva, con Juan Román Riquelme como cabeza, fue insultada.
Desde temprano, con el ingreso de los jugadores para hacer los ejercicios precompetitivos, los fanáticos boquenses picaron el duelo con los Rojos. “El que no salta, se fue a la B”, fue el cántico con el que recibieron a los visitantes. Enseguida, volvieron a recordar su descenso: “Los grandes no descienden, los grandes no descienden…”, más la coreografía del “suben y bajan” con los brazos extendidos de arriba hacia abajo. Los dirigidos por Julio Vaccari, concentrados en su tarea, no respondieron.
Esta vez, cuando las voces del estadio nombraron a los jugadores locales, los aplausos fueron amesetados. Solamente se destacaron tres nombres en los que subió el tono del golpeteo de palmas: con Milton Delgado, Milton Giménez y Miguel Merentiel, capitán improvisado ante las ausencias de Edinson Cavani y Marcos Rojo. Además, hubo silbidos para Tomás Belmonte, uno de los más resistidos de los últimos tiempos.
A los 19 minutos del segundo tiempo llega el gol de Independiente, La Bombonera quedó muda por unos segundos y un petardo estuvo a centimetros de golear a los jugadores del Rojo.
Con el final del partido, los silbidos aturden. El cántico es espontáneo: “Ohhh, que se vayan todos, que no quede, ni uno solo”. A los pocos segundos, desde la platea se agita otra vez: “La comisión, la comisión, se va a la puta, que lo parió”. Aunque el fastidio es mayor que en la previa de los penales contra Lanús, el cántico es menos explosivo en esta ocasión. Igual, se hace sentir. Mientras los jugadores son envueltos entre silbidos, insultos y reclamos camino al túnel, La 12 se muestra incondicional: “Aunque ganes o pierdas, no me importa una mierda, sigo siendo Bostero, porque a Boca lo quiero...”. Alan Velasco une las palmas de sus manos y pide perdón. El único que recibe aplausos es Ayrton Costa, uno de los últimos en irse









