"Fui agredido por dirigentes del otro equipo, le quité el objeto a uno y sufrí fractura de tabique"

Un violento episodio sacudió este fin de semana el fútbol regional salteño en el estadio José Zigarán de Joaquín V. González. Allí, según mostraron las imágenes un jugador del club San Antonio extrajo un cuchillo e intentó agredir a un rival de Barrio Obrero tras el clásico correspondiente a una nueva fecha del torneo de la Liga Anteña de Fútbol. 

Afortunadamente la situación fue controlada a tiempo por los presentes y se evitó terminara en tragedia. Atento a las imágenes y las acusaciones el futbolísta señalado como el portador del arma blanca decidió hablar y dio su versión de los hechos. 

A través de un mensaje Luis Parada, jugador de San Antonio pidió disculpas públicamente y aseguró que él no tenía en principio el arma blanca y que previo al episodio registrado fue agredido físicamente por dirigentes del equipo rival, sufriendo fractura de tabique nasal. 

El mensaje del jugador:

Quiero tomarme un momento para expresar unas palabras respecto a los hechos ocurridos tras el partido del día 31/05, que hoy son de público conocimiento y que lamento profundamente.

En primer lugar, pido disculpas sinceras a mi equipo, al club rival, a la hinchada y a toda la comunidad del fútbol por lo sucedido. Lo que ocurrió no representa los valores que intento sostener dentro y fuera de la cancha.
Sé que parte del malestar surgió por una situación previa a este partido: había firmado a préstamo con el Club Barrio Obrero, pero decidí volver al Club Deportivo San Antonio. Esta decisión fue tomada dentro del marco permitido por la Liga, y no es un hecho aislado; otros jugadores también firmaron primero con San Antonio y luego se fueron a Obrero, ejerciendo su derecho como futbolistas.

Es cierto que el Club Obrero me brindó un par de zapatillas y una suma de $30.000 al momento de firmar. Cuando tomé la decisión de volver a San Antonio, devolví absolutamente todo lo que se me había entregado, tal como fue acordado con los dirigentes de Obrero. La condición fue que devolviendo lo recibido, ellos levantarían el pase, y así se hizo, en términos claros y justos.

Lamentablemente, al finalizar el partido, y en un contexto de alta tensión, fui agredido físicamente por dirigentes del otro equipo, uno de los cuales ingresó al campo de juego con un elemento cortante. Producto de esa situación, sufrí una fractura de tabique nasal, y en un acto reflejo de defensa, quité el objeto al agresor, en un intento por protegerme.
Reconozco que fue una situación límite que me desbordó emocionalmente. No justifico mi reacción, y lamento haber respondido bajo esas condiciones. Pero también es importante entender el contexto en el que todo sucedió.

Rechazo la violencia en cualquiera de sus formas. El fútbol debe ser pasión, respeto y superación, nunca un espacio de amenazas o agresiones. Me duele haber estado involucrado en un hecho como este, y hoy me hago cargo desde un lugar de reflexión.

Agradezco a quienes se preocuparon por mi salud y a los que entendieron que soy una persona que, como todos, puede equivocarse en un momento extremo. Estoy dispuesto a colaborar con quienes deban esclarecer los hechos, y existen pruebas concretas sobre cómo ocurrieron las cosas y quiénes fueron los responsables del ingreso indebido al campo.

Espero que esta experiencia nos sirva a todos para crecer y trabajar juntos por un fútbol más justo, sano y humano.