


Ya serían más de 10 las alumnas de un colegio que eran víctimas de una red de trata
Justicia03/10/2025
Desde la imputación de un remisero y tres clientes, el 9 de septiembre pasado, la fiscalía federal identificó ya a más de 10 menores que eran víctimas de una red de explotación sexual que ofrecía adolescentes vírgenes por 200 mil pesos, según pudo saber InformateSalta.
A partir de una gran labor interdisciplinaria y de contención integral, la Fiscalía Federal de Distrito logró importantes avances en la investigación penal iniciada en torno a una red de trata de personas con fines de explotación sexual. El caso tuvo un fuerte impacto social debido a que las víctimas eran alumnas de 15 y 16 años de un colegio secundario de la zona sur.
El 17 de septiembre pasado, el fiscal general Eduardo Villaba dio a conocer los primeros detalles del caso durante la audiencia en la que fueron imputados los principales responsables de esta red de trata, entre ellos un remisero, cuyo rol consistía en facilitar a clientes servicios sexuales con menores de dicha escuela.
En la audiencia, ante el juez federal Julio Bavio, el fiscal calificó el caso como un hecho de “gravedad inusitada”, principalmente por la perversión sexual evidenciada por los clientes, quienes pedían tener sexo con menores y, sobre todo, que sean vírgenes, llegando a pagar importantes sumas de dinero.
“Sabemos que el delito de trata de personas es un delito que cosifica al ser humano, considera al cuerpo de la mujer como una alcancía, entonces la función del remisero era buscar cuál era la mercadería que ellos estaban necesitando”, destacó el fiscal al exponer las imputaciones penales.
Calificó el delito de repugnante, por cuanto los imputados habían establecido una escala de dinero y tiempo de duración por cada servicio. “Por beso, se pagaba 60 mil pesos, 20 más por sexo oral y así hasta llegar a 200 mil por penetración si aún no había perdido su virginidad”, reveló, para luego explicar que cada contacto de los clientes con las menores estaba “tabulado en 18 minutos”.
Sobre cómo funcionaba esta red, indicó que todo comenzó con la relación que un remisero empezó a tejer con adolescentes que solía llevar al colegio. Con la confianza ganada de los padres, el chofer sedujo a las jóvenes para mantener relaciones sexuales con clientes, como medio para conseguir dinero y así poder adquirir teléfonos celulares de alta gama y ropa de marca.
La tarea era completada por el aporte que hacía un menor, compañero de las víctimas, quien le proveía al remisero de información íntima de las alumnas, en particular, sobre sus edades y quiénes aún eran vírgenes. A partir de esto datos, el chofer abordaba a las adolescentes y, a la vez, pactaba el pago y coordinaba los servicios sexuales con los potenciales clientes.
El martes 11 de septiembre, luego de varios meses de una intensa pesquisa, la fiscalía avanzó con la detención del remisero, el menor y tres clientes, los que luego fueron imputados por el delito de trata de personas con fines de captación, promoción, facilitación y explotación sexual, todo ello agravado por la vulnerabilidad, minoridad y cantidad de víctimas, la participación de más de tres personas y por haberse consumado la explotación.
Concientización
Al momento de la imputación, el fiscal refirió tener identificada a dos víctimas de 16 años y una menor de 12 años que fue víctima de abuso sexual simple por parte del chofer, quien intentaba introducir al circuito de prostitución a dicha niña.
Con el correr de los días, en tanto, el número de víctimas pasó a más de diez, aunque no se descarta que esa cifra aún sea mayor, pues varias adolescentes, que hasta ese momento no se percibían como víctimas, comenzaron a entender la gravedad de los hechos y el avasallamiento de su condición sexual.
En esa tarea, según trascendidos, fue clave la intervención del área de Atención de la Víctima de la fiscalía, la que abordó a cada menor y a sus familias a fin de brindarles contención y evitar los efectos de revictimización, lo que permitió generar confianza, lo que, a su vez, animó a otras menores del colegio a presentarse y revelar otros detalles del accionar del remisero y otros acusados.
También fue importante el acompañamiento de los padres, quienes, en muchos casos, desconocían la situación de acoso que ser ejercía sobre las alumnas a fin de sumarlas a la red de prostitución. En función de ello, la fiscalía capitalizó nuevas evidencias que ahora son motivo de análisis.









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