Más allá del 7-0: La verdadera victoria ocurrió después

Deportes09/11/2025
argyfiji

Argentina goleó a Fiji. Eso ya lo sabemos. El resultado fue contundente, claro, inobjetable. Pero lo más importante no quedó en el marcador, sino en lo que sucedió cuando el partido terminó.

En lugar de ir directamente al vestuario a celebrar, los jugadores argentinos se acercaron a los futbolistas de Fiji y les propusieron sacarse una foto todos juntos. Los que ganaron y los que perdieron, mezclados, sonriendo, sin burlas, sin soberbia, sin ningún gesto que buscara marcar diferencias. Solo futbolistas reconociéndose entre sí.

Esa imagen empezó a circular en redes sociales porque los propios jugadores argentinos la compartieron en sus historias, y fue replicada por muchos hinchas, periodistas y páginas deportivas. La foto se volvió un símbolo: en tiempos donde la cultura del “ganar como sea” parece imponerse, la Selección Argentina Sub 17 mostró otra cosa. Mostró que se puede competir, dar todo, buscar el triunfo, sin perder humanidad.

La grandeza no estuvo en los siete goles. Estuvo en la sensibilidad de frenar el festejo para mirar al otro, para reconocer el esfuerzo de quien también entrenó, viajó, soñó y dejó todo en la cancha, aunque el resultado haya sido adverso. Estuvo en recordar que el rival no es enemigo, sino parte esencial del juego.

Placente, igual que Scaloni, vuelve a marcar una línea clara: ganar es importante, pero nunca a cualquier costo. La verdadera formación que deja el fútbol no es solamente táctica o técnica; también es emocional, ética y humana. Se aprende a jugar, sí, pero también se aprende a respetar.

Argentina ganó el partido, pero lo que dejó en esa foto es algo mucho más valioso: la demostración de que los campeones no se reconocen solo por los goles, sino por sus actitudes cuando la pelota deja de rodar.

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