Aclaración del Colegio Belgrano por el caso de violencia entre 2 alumnos

COMUNICADO DE PRENSA DEL COLEGIO BELGRANO

1) El COLEGIO BELGRANO jamás ha tolerado ni tolerará dentro de su órbita de autoridad ningún tipo de violencia, ni física, ni moral ni psicológica y menos aún de género, entre cualquier miembro de su comunidad educativa (alumnos, docentes, personal, padres, etc).

2) Entre los menores involucrados en la situación y cuyas identidades se reservan por obvias razones, jamás ha sido de conocimiento de este establecimiento que haya existido situación alguna de violencia de cualquier especie dentro del ámbito escolar o de la órbita de autoridad del mismo.

3) Ninguno de los referidos menores, y particularmente el supuesto agresor, tienen antecedentes de sanciones disciplinarias vinculadas a hechos de violencia desde su ingreso al establecimiento educativo que se remonta al Nivel Primario en ambos casos.

4) Los supuestos hechos de violencia de los que habría sido víctima la menor, en caso de que hayan existido, lo que no nos consta, se habrían producido durante el receso escolar de verano, fuera del establecimiento y por ende sin estar sometidos ambos menores en su conducta a la potestad sancionatoria de nuestro establecimiento.

5) Esta institución ha acatado y acatará estrictamente las decisiones adoptadas y que adopte en el futuro el Señor Juez de 1ª Instancia en lo Civil de Personas y Familia 2ª Nominación en el caso, quien nos comunicó formalmente que ambos menores se encuentran autorizados a concurrir a clases normalmente al mismo curso y división al que asistían.

6) El Colegio Belgrano ha adoptado todas las medidas preventivas a su alcance para evitar cualquier tipo de conflicto, enfrentamiento o situación de violencia que involucre a cualquiera de los menores, solicitando de la totalidad del personal y particularmente de los docentes que desempeñan funciones en el curso al que asisten los menores, una especial atención a cualquier situación al respecto.

7) Por último, el Colegio Belgrano no adoptará medida alguna respecto de ninguno de los menores involucrados que implique el apartamiento de los mismos de este establecimiento por no existir fundamento alguno para ello, a excepción que el Juez interviniente así lo disponga, o en caso que una situación de inconducta de alguno de ellos así lo amerite.

Salta, 13 de Marzo de 2.012

Firmado por: Mariano Adolfo Rojas - Canónigo del Colegio Belgrano - Rector y Representante legal

La Noticia publicada hoy en Diario Punto Uno

La violencia de sexo tomó las aulas del Colegio Belgrano

Las alumnas de 5º año tienen miedo de ir a clases. Una compañera de ellas viene sufriendo desde hace tiempo desmedidas agresiones físicas y psicológicas por parte de un compañero. La violencia se agrava por la inacción de la máxima autoridad del colegio, Mariano Rojas, y la negligencia del juez de Familia Nº 2, Víctor Soria, quienes permiten la concurrencia del menor al establecimiento a pesar de las numerosas pruebas de su intimidante conducta.

Desde el año pasado, la víctima, con tan solo 16 años, empezó a sufrir la degradación y el sometimiento físico y psicológico de quien fue su novio tiempo antes.

Muchas veces fue golpeada ante testigos y amenazada públicamente. En noviembre, la adolescente empezó un tratamiento psicológico que no pudo librarla de los golpes, de los insultos, y de las amenazas del agresor.

Toda esa violencia corta el aire en los pasillos del edificio ubicado en la calle Mitre al 700. Pues el adolescente, con la impunidad que le garantizan las autoridades del colegio, el juez que interviene en la causa y hasta sus propios padres, se sienta todos los días en la misma aula que su víctima.

El inicio de clases para la promoción 2012 del Colegio Belgrano se convirtió en un verdadero infierno. A pesar de que no es el primer hecho de gravedad que se registra entre los alumnos del establecimiento en los últimos tiempos, los padres están muy preocupados, e incluso, algunos optaron por no enviar sus hijos a clases.

“Mi hija no quiere ir al colegio, está aterrorizada porque tiene miedo de que el chico le pegue también a ella por ser amiga de la nena golpeada”, sostiene la madre de una de las chicas que debería haber empezado a transitar el último año del secundario. “Estamos solidarizados con los padres de la chica, pues en la justicia no encuentran soluciones y con las autoridades del colegio tampoco. Uno siempre piensa que le va a pasar a otra gente, pero la violencia de género, que afortunadamente empezó a ser duramente repudiada por la sociedad, hoy entró a nuestras casas, a la escuela donde nuestros hijos van a aprender los valores de la vida”, cuenta otra madre a Punto Uno.

Las dos mujeres que brindaron sus testimonios a Punto Uno prefieren reservar sus nombres. Ambas temen por la integridad de sus hijas, tienen miedo que el violento las golpee hoy, mañana o pasado, saben que no sería la primera vez, y saben que tarde o temprano, “si el juez y las autoridades siguen sin intervenir”, las encontrará desprevenidas en un recreo.

La comunidad de padres del Belgrano no salen del asombro.

La mayoría de ellos escogió ese establecimiento para que sus hijos estudien allí por la trayectoria, la historia y el prestigio que hoy, a raíz de este episodio y de la apatía de las autoridades, está poniéndose en duda.

Fueron muchos los meses que la adolescente aguantó en silencio el martirio, hasta que se animó a recurrir a alguien. Primero lo hizo con sus amigas, quienes le juraron no contarle a nadie e intentaron en vano disuadir al violento; quien, como los hechos lo demuestran, extendió la violencia, las amenazas y los insultos a las amigas de la víctima.

La situación se tornó insostenible para la adolescente cuando no pudo ocultar el dolor y el llanto por los golpes; cuando debió ser internada; cuando el adolescente violento con inescrupulosos y cobardes golpes le rompió el estómago y la mandó a un sanatorio.

Afortunadamente recurrió a sus padres, quienes inmediatamente, ante el dolor y la impotencia de la noticia, tomaron cartas en el asunto, cartas que hasta el momento el juez de Familia, Víctor Soria, no supo o no quiso resolver.

A raíz de la denuncia que los padres pusieron en la justicia, de los reveladores y crudos testimonios de la víctima y los testigos, de las pruebas presentadas y del análisis del agresor, el juez de Familia Nº 2, Víctor Soria, determinó que el violento adolescente no pueda acercarse a la víctima a menos de 300 metros.

Sin embargo, el magistrado también resolvió que “ambos menores PODRÁN asistir al mismo establecimiento educacional, como asimismo a compartir dicho curso en el que asisten los dos con el apercibimiento de que si existen nuevos hechos de violencia, tanto físicos, como psicológicos se ordenará al establecimiento educacional el egreso de los dos menores, conforme el compromiso asumido por ambos y teniendo cabal conocimiento de la implicancia del hecho de sancionarlos a ambos del retiro del establecimiento educacional en el que vienen asistiendo desde la primaria”.

Con la resolución, el juez determinó que ambos adolescentes concurran al mismo establecimiento, a pesar de los antecedentes violentos que posee el agresor.

No conforme, el magistrado también volvió susceptible de apercibimiento a la víctima, aduciendo que si existiesen “nuevos hechos de violencia”, a pesar de que el agresor esté claramente identificado, ambos serán sancionados. El juez emitió dicho fallo el 2 de marzo pasado, a seis días del Día Internacional de la Mujer. Soria tomó una determinación en la que igualó en sanciones tanto a la adolescente, mujer, damnificada, como a su agresor.

Fuente: Parte de prensa