Engaño virtual: toda una ciudad se movilizó por una chica que no existe
Los vecinos de Colón, Entre Ríos, vivieron un episodio de película. Durante una semana, toda la ciudad estuvo en vilo por Sofía Velzi, una joven de 18 años que supuestamente había desaparecido cuando viajaba desde Jujuy para ver a su novio, el bombero Luciano Benítez. Es que, para sorpresa de todos, la chica a la que buscaban nunca existió.
Sociedad02/03/2015El más angustiado fue el propio Luciano, que se presentó en la Policía y denunció la desaparición de la chica. De "Sofi", que llevaba un año diciéndole por celular y por chat que lo amaba, que era huérfana y tenía leucemia, que vivía en Jujuy en la casa de una tía. Nunca habían podido verse. Ni siquiera cuando él fue a Jujuy a buscarla.
Según Benítez, tal como informa el diario Clarín, la joven le había dicho que iba a viajar a encontrarse con él. Pero que al llegar a Paraná, lo llamó y le dijo que se había quedado sin dinero. Entonces, Luciano le compró un pasaje para retirar en ventanilla. Y ella subió al micro y se acomodó en el asiento 9. Pero se descompuso, tuvo vómitos y los choferes le pidieron que se baje en Villa Elisa para ir al Hospital. Cosa que hizo, y su madrina la fue a buscar desde Colón. Y nadie supo nada más de ella.
Hasta allí, la historia que Luciano conoce y que Sofía –o quien se hacía llamar Sofía–, le iba contando por teléfono. Porque según las investigaciones de la Policía local y la fiscalía, Sofía Velzi no existe. Las que sí existen son otras dos chicas, que habrían inventado un perfil en Facebook a nombre de "Sofía Velzi", se habrían hecho pasar por ella durante un año noviando con Luciano y decidieron terminar la historia con la gran puesta en escena de la desaparición.
"El jueves se había comunicado con mi hijo una tal Yésica –una conocida de Luciano, también de Colón– para decirle que 'Sofía' estaba viniendo de Jujuy. Pero resulta que cuando él fue a esperarla, no llegó", contó a la radio Oíd Mortales, el padre de Luciano, Ramón Benítez. El hombre se levanta todos los días a las 4.30 para ir a trabajar y solía escuchar a sus hijo hablando a esa hora por teléfono con su amada.
Fue la misma Yésica la que le contó la historia de la descompostura, los vómitos y la internación. En simultáneo, "Sofía" le enviaba un mensaje a Luciano para avisar que tenía poca batería en el celular. Luego Yésica volvió a entrar en escena: "Vino a nuestra casa, urgente, desesperada, diciendo que Sofía se perdió, que ella la había visto, que salió corriendo, llorando y ahí perdió comunicación".
Entonces, empezó la búsqueda. El novio y su familia movilizaron a amigos, vecinos, policías; crearon una página en Facebook para difundir fotos y citar a la gente para hacer rastrillajes. Fue cuando, vía Internet, se comunicó con ellos una segunda chica, una tal Marisa López, diciendo que venía en el asiento 10 del colectivo al lado de "Sofía" y que era testigo de la descompostura.
Los Benítez son chaqueños; llegaron a Colón hace 20 años. "Pedimos por favor que la gente ingrese y comparta", decía entonces Ramón; "no bajaremos los brazos hasta encontrarla". Ahora, llora con mezcla de bronca y tristeza. "Nos engañaron", dice. La Policía de Colón en coordinación con la Fiscalía llamó a los Benítez para explicarles. Les dijo que no habían hallado a nadie que conociera a Sofía, quien supuestamente vivió en Colón hasta los 17; tampoco hallaron pistas sobre su madre y su madrina, que en Jujuy nadie supo darles señas de la supuesta tía, que nadie retiró en la ventanilla de la terminal de Paraná el pasaje que le compró Luciano; que no hay registros en el Hospital San Roque se que una joven haya sido internada tres horas con descomposturas y vómitos.
También les dijeron que las llamadas de "Sofi" y los mensajes procedían de un solo celular: el de Yésica. Ahora, los investigadores atienden a dos cuestiones antes de cerrar el caso. Una: ¿quién es la verdadera chica de las fotos? Y segundo, ¿cuál es la vía legal para imputar a las autoras del engaño?.
¿Luciano? Sigue yendo al cuartel de Bomberos. Y ya no habla con nadie.
Fuente: Diario Clarín