Deslizamientos en el mapa político: María Eugenia Vidal se despega de Mauricio Macri

Muchos ya piensan en las elecciones del 2019. En Buenos Aires, se vive un hervidero de decisiones pensando a futuro, entre ellas, el distanciamiento de María Eugenia Vidal del Presidente Mauricio Macri.

Nacional 29/07/2018
vidal

La tormenta, que el Gobierno utiliza como alegoría, está produciendo algunos deslizamientos en el mapa político. La mayor novedad tiene como protagonistas a dos mujeres. Son María Eugenia Vidal y Cristina Fernández. La gobernadora, en medio de las dificultades, volvió a recuperar ponderación en Buenos Aires.

La otra cuestión involucra a la ex presidenta. También por primera vez desde que dejó el poder empareja en imagen positiva a Macri. Está incluso, en el orden nacional, dos puntos por encima, según reza el informe de Eduardo van der Kooy para Clarín

Pese a las circunstancias, se ven algunos rasgos alentadores para Cambiemos. De los cinco primeros dirigentes mejor valorados en el plano nacional cuatro pertenecen a la coalición oficial. Son Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y Macri. En ese orden. Claro que entre ellos se mete ahora como cuña la ex presidenta. No se visualiza todavía ningún peronista no kirchnerista que asome con posibilidades de incorporarse al podio.

No pareció una casualidad, por la existencia de ese paisaje, que Macri se haya mostrado de nuevo en Buenos Aires ladeado por Vidal.  Aquel despegue de Vidal no ayudaría a estimular segundas intenciones. La gobernadora sigue siendo un incondicional soldado de Macri. Contempla sólo la reelección en Buenos Aires para el 2019. No tiene en su equipo algún discípulo con entrenamiento ante la eventualidad de una emergencia política. Su hipotética salida de Buenos Aires para luchar por la Casa Rosada abriría un vacío insoluble en una geografía electoral determinante. Según el análisis de Clarín, esto facilitaría también la reanimación del peronismo. Pondría en riesgo además la continuidad de Cambiemos en el poder. Vidal está persuadida de una cosa: la única fórmula que serviría para el 2019 consiste en lograr que el Presidente repunte. Si eso sucede, los demás candidatos empezarían a volar. Claro que dicha alternativa está atada, casi con exclusividad, a la mejora de la situación económica y social. El desafío más complicado.

La gobernadora realiza un trabajo político en Buenos Aires que, con matices, se diferencia del de Macri. Ha puesto en marcha una batería de medidas sociales destinadas a paliar los crujidos que en el Conurbano provoca la crisis. También reclamó ayuda al Gobierno para combatir el delito que recrudeció. En las últimas semanas volvió a encontrarse con Sergio Massa. Mantiene una relación de ambivalencia natural con los intendentes del PJ. Negocia con ellos los recursos disponibles para el 2019 que llegarán con poda abundante. Los nuevos barones pretenden una base mínima de obra pública porque la mayoría jugará su última reelección. Desean tener vida política propia aunque, al final, terminen enlazados con la candidatura presidencial de Cristina que empieza a tomar forma. Ellos participan del relanzamiento de Unidad Ciudadana que se hará el mes próximo en un reducto K: Ensenada, que regentea Mario Secco.

En tanto, Vidal y Rodríguez Larreta insisten con la necesidad de algún pacto con el peronismo para llevar adelante el ajuste fiscal. Resumen esa idea en un diálogo con el tándem que forman Massa y Miguel Angel Pichetto. Macri sigue convencido en la negociación radial. Con cada uno de los interesados. El sosiego financiero de las últimas semanas lo afirmó en dicha convicción. Está seguro de algo: la interna peronista-kirchnerista bajo el peso del liderazgo de Cristina impedirá siempre la foto más deseada. La del Presidente con los gobernadores de la oposición blandiendo la ley de Presupuesto. Sería la señal soñada para enviar un correo de confianza al Fondo Monetario Internacional.

Pero las utopías no habitan la política. Se están recorriendo las vísperas de un tiempo electoral. El PJ dialoguista sigue empeñado en construir una variante competitiva sin Cristina. Un excesivo acercamiento al Gobierno aumentaría las dificultades que denota ahora mismo para aquella obra. La ronda se habría focalizado en las posibles candidaturas de Juan Manuel Urtubey, de Salta, y Sergio Uñac, de San Juan. Pero hay pejotistas que calculan que ninguno de ellos podrá prescindir de Massa y Florencio Randazzo. Los únicos dirigentes que mantienen ascendiente en Buenos Aires. Urtubey y Uñac, según aquellos, podrían ser buenos acompañantes del jefe del Frente Renovador. ¿Randazzo en Buenos Aires? Son ladrillos sueltos que carecen de la mezcla que los amalgame.

Macri supone que la política deberá encargarse de amortiguar los efectos de la crisis. La despenalización del aborto ocupa buena parte de la escena. Lanzó su propuesta para la reforma en las Fuerzas Armadas. Mañana empieza en Córdoba a mostrarse con Dante Sica, el ministro de Producción. Para correr al ajuste del eje del discurso.

Del resto podría ocuparse la oposición. Cristina no ayuda con su silencio sepulcral. Pero reapareció Luis D’Elía. Propuso el fusilamiento de Macri en la Plaza de Mayo. Delante del pueblo. Ningún regreso al peor pasado K pudo ser más oportuno. Hay velas en la Casa Rosada que se encienden en un altar del ex piquetero, finaliza el informe publicado por Clarín.

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