Argentina llega a España con historia, pasión y problemas

El sábado, el conjunto nacional comenzará a escribir una nnueva página en la historia del básquetbol. A 12 años del comienzo de una era.

Deportes27/08/2014

Justo una década después de su mayor logro, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la selección argentina llega al Mundial de baloncesto de España llena de historia, pasión y problemas.

El sábado se cumplirán 10 años y dos días del oro en Atenas. Y en el palacio municipal de deportes de Sevilla, donde Argentina debutará ese mismo día ante Puerto Rico, habrá cuatro supervivientes de aquella hazaña -Luis Scola, Andrés Nocioni, Leo Gutiérrez y Walter Herrmann-, más Pablo Prigioni, compañero de camada pero que no participó en el logro.

El conjunto que conduce Julio Lamas afrontará un torneo que marcará la despedida de los últimos integrantes de la denominada “Generación Dorada” y dará inicio a una nueva era, con cinco jugadores menores de 24 años que representan el futuro del baloncesto argentino. Ese cóctel de veteranos e inexpertos, sumado a lesiones y conflictos, hace peligrar la permanencia en la elite que se sostiene desde Indianápolis 2002, cuando Argentina se colgó la plata.

España 2014 figuraba agendado de manera especial, como la despedida de un grupo de jugadores que consiguió dos medallas y un cuarto puesto olímpico, y un segundo, un cuarto y un quinto lugar en los últimos tres Mundiales. Hay que remontarse a la prehistoria del baloncesto para encontrar un resultado mejor, el título que logró Argentina en casa en el primer Mundial, disputado en 1950.

Sin embargo, una microfractura por estrés en su pierna derecha dejó sin despedida a Emanuel Ginóbili, una de las estrellas del vigente campeón de la NBA San Antonio Spurs y máxima figura del equipo argentino. A esa ausencia se sumaron las bajas del escolta Carlos Delfino, operado dos veces en su pie derecho, y del centro Juan Gutiérrez, por una artroscopía en su cadera.

Ante ese panorama, el entrenador Lamas optó por apostar al recambio generacional, sobre todo en el juego interior. De esa manera, los pivotes reservas serán Marcos Delía (22 años y 2,09 metros), Matías Bortolín (21 y 2,07) y Tayavek Gallizzi (21 y 2,05), tres jugadores con futuro prometedor, pero que a esta altura son una verdadera incógnita a nivel internacional. Incluso, ninguno fue titular ni promedió más de 15 minutos en la pasada Liga Nacional de Argentina.

El líder de la nueva camada es el armador Facundo Campazzo, de 23 años y flamante fichaje de Real Madrid, que suple su escasa talla -apenas 1,79 metros- con un talento y una enjundia envidiable. Estrellas mundiales ya han sufrido su juego y sus mañas: a Kobe Bryant le hizo un bloqueo pese a la diferencia de altura, al brasileño Nené Hilario lo humilló con un caño y a Carmelo Anthony le aplicó un golpe que lo dejó sin aire en los pasados Juegos Olímpicos.

"Campazzo es el primer jugador que se animó a escribir su propia historia después de la 'Generación Dorada'. Sus compañeros deben imitarlo", lo elogió Pepe Sánchez, el cerebro del gran equipo argentino.

A favor de la albiceleste juega un factor que no todos los equipos pueden exhibir: el compromiso. Comandados por el capitán Scola, los jugadores lideraron una revolución que descabezó a toda la cúpula de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB).

En plena preparación para el Mundial, Scola, Ginóbili y compañía denunciaron el manejo turbio de la entidad y amenazaron incluso con no participar del certamen. Esa situación obligó a renunciar al entonces presidente Germán Vaccaro y al resto de la directiva. Además, llevó al Secretario de Deportes de la Nación, el cuatro veces medallista olímpico Carlos Espínola, a determinar la intervención de la CABB por 180 días, después de que se comprobaran numerosas irregularidades en el manejo de la entidad y una deuda global que supera los dos millones de dólares.

"No es por nosotros, que ya estamos hechos. Es por los chicos que vienen detrás", argumentó Scola para explicar el legado que deja una generación inigualable, que, a pesar de los problemas y las ausencias, quiere despedirse en España de la mejor manera. 

Fuente: Portal de Internet

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