Un científico salteño se capacita sobre el "caos" en EEUU
Emilio Sutti, físico y exalumno del IEM, se encuentra en EEUU formando parte de un proyecto fascinante. Su día a día en el exigente mundo científico.
Sociedad15/07/2014Emilio Sutti es un salteño de 24 años enamorado de las matemáticas que anda dando vueltas por el mundo aprendiendo cosas interesantes para luego volcarlas en su provincia. Todo un conquistador con las mujeres -simpático y fachero- , nació en una familia de artistas. Su abuelo, Alberto Sutti, era violinista y director de la Orquesta Sinfónica de Salta; su mamá, Cecilia, actriz y cantante.
Este muchacho, egresó del Instituto de Educación Media (IEM) de la Universidad Nacional de Salta en 2007. Pasó por el Taller de “Física al alcance de todos” del que después se transformó en ayudante.
El 3 de junio pasado tomó un avión hacia Estados Unidos, más precisamente a la Universidad de Arizona, a realizar un programa de Matemáticas Aplicadas que dirige el Ph.D. Carlos Castillo Chávez, orientado al modelado de problemas relacionados con las ciencias naturales y sociales.
Emilio es licenciado en Física egresado de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y también estudió en el prestigioso Instituto Balseiro de Bariloche.
Con sus propias palabras contó lo que está haciendo en Arizona: “Lo que yo estudio son sistemas dinámicos, teoría del caos, y sistemas estocásticos (azarosos). Todas estas herramientas que tienen su base formal, o mejor dicho pura, se aplican tanto a sistemas sociales, epidemias, economía, política, redes sociales... El trabajo concreto que estoy haciendo está dentro del contexto de la epidemiología. Para ello utilizamos modelos matemáticos que nos permiten predecir, en base a casos documentados, cuál será el comportamiento, a lo largo del tiempo, de determinadas cuestiones, y con ello aplicar políticas sanitarias y sociales con el objeto de no permitir que una enfermedad o un rumor, por ejemplo, se disperse”, explicó.
Un día en la vida de Emilio
Su partida a Estados Unidos tuvo que ver con su director de tesis de grado, el doctor Juan Pablo Aparicio quien desde hace tiempo participa del programa de Matemáticas Aplicadas como profesor asociado de esa universidad. Tuvo que pasar por un proceso de selección donde se tenían en cuenta varios ítems: desempeño académico, experiencia en enseñanza de las matemáticas y un ensayo sobre su interés y motivación para participar.
Desde que Emilio llegó a Estados Unidos debió cambiar algunas costumbres, por eso le contó a El Tribuno, cómo son sus días por aquellas tierras del norte. “Me levanto a las 7.30, me baño y desayuno un yogur. El primer mes asistíamos a clases diariamente y para llegar a las aulas me tomaba 15 minutos ir caminando desde los dormitorios. Las clases eran de una hora y se extendían hasta el mediodía, luego nos daban una hora para comer y entrábamos a laboratorio de programación hasta las 16.15. Regresaba a los dormitorios, hacía una siestita y hablaba con mi novia Sofía, que vive en Salta, por skype. A las 18 cenábamos con los mentores (profesores y estudiantes graduados), hasta las 19. Desde allí hasta las 0 (y a veces hasta las 4 am) me quedaba a terminar el trabajo práctico que debía entregar a la mañana siguiente. Ahora que solo estamos abocados a la investigación, nos reunimos con el grupo a las 9. Al mediodía con los mentores con quienes discutimos el proyecto y seguimos teniendo la cena obligatoria de las 18. Los únicos días libres son los sábados”, contó Emilio.
La experiencia
“Vivo en Adelphi Commons II, una residencia que tiene la universidad para conferencias e invitados. Estoy en un espacio con dos habitaciones y un baño. En total somos 23 estudiantes de los cuales solo cuatro somos extranjeros, un chico de Costa Rica, dos mexicanos y yo, el resto son estadounidenses. Los profesores son de diferentes partes del mundo, también los estudiantes graduados que están en calidad de ayudantes. Cuando vine a Estados Unidos de alguna manera dejé en Salta a mi familia, a mis amigos, a Daniel Córdoba y el taller de los sábados y a mi novia, a quien extraño muchísimo y amo profundamente.
En Salta lo esperan ansiosos sus amigos para que les cuente sus experiencia y comparta lo aprendido en el país del norte.
“Hay algo que no me quiero olvidar y es el apoyo económico que recibí de parte de la Universidad Nacional de Salta, principalmente del rector Víctor Claros, del vice rector Miguel Angel Boso y de las autoridades de la facultad de Ciencias Exactas, por el incondicional apoyo que recibo en mis proyectos y a mi director Juan Pablo Aparicio”, concluyó Emilio en conversación con este diario desde Estados Unidos.
Fuente: Diario El Tribuno