Alberto Fernández prometió lo que la Confederación General del Trabajo (CGT) quería escuchar: el Gobierno accederá a darle continuidad al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) en aquellos sectores que sigan necesitando ayuda por parte del Estado y, además, la semana próxima habrá una reunión específica para analizar cómo aliviar la crisis de las obras sociales de la que participarán el Presidente, la central obrera y el ministro de Salud, Ginés González García.
Las definiciones se alcanzaron durante una reunión, con almuerzo incluido, que se realizó en la Quinta de Olivos a lo largo de casi tres horas y en el que el jefe del Estado también se comprometió a crear por decreto el Consejo Económico y Social para no demorar su puesta en marcha y a mantener encuentros con la dirigencia cegetista cada 15 o 20 días para mejorar la relación bilateral.
La CGT también le planteó su preocupación por la nueva fórmula jubilatoria, pero el primer mandatario les aseguró que se propone compensar al sector para que no pierdan ante la inflación.
Los sindicalistas le plantearon la necesidad de mejorar el diálogo con la Casa Rosada porque “la CGT no integra el Frente de Todos, pero es la CGT y necesita respuestas”, como le explicaron a Fernández.