Sospechan que Monges no fue ultimado en B° El Círculo: “Una balacera no pasa desapercibida”

Ayer por la tarde se conoció que la investigación por el mafioso crimen de Darío Monges, hallado con 5 disparos en la cabeza el 3 de septiembre en el barrio El Círculo será llevada adelante en conjunto por la Justicia Provincial y por la Federal, ya que los elementos hallados hasta el momento indican un claro nexo de la víctima con personas relacionadas con los delitos federales más gravosos.

La llamada al 911 le hizo un vecino que realizó el descubrimiento el sábado al mediodía. Durante varios días vio al automóvil estacionado sobre la calle, del lado de un paredón perteneciente a una industria, por lo que le llamó la atención y decidió acercarse a él. Ahí pudo ver el cadáver de Monges, escondido en el asiento del conductor.  

Sobre esa calle, de un lado hay viviendas, y del otro un tapiado que hace a la pared de una empresa metalúrgica. Uno de los vecinos, al ser consultado, señaló a El Tribuno con exactitud milimétrica el lugar donde vio durante varios días al vehículo estacionado.

"Estuvo desde la madrugada del jueves", aseguró para luego decir que, durante ese lapso de tiempo, escuchó un golpe, un portazo de automóvil, clarísimo y posteriormente a eso la voz fuerte de un hombre que dijo: "Ya está". Luego escuchó que se alejó un vehículo hacia el interior del barrio El Círculo.

Otro, dijo que horas atrás personas desconocidas vandalizaron una cámara privada de un negocio que se encuentra sobre un pasaje, pero que no tomaba el lugar donde había sido abandonada la camioneta EcoSport y el cuerpo del malogrado joven.

En tanto, un vecino de esa misma cuadra dijo que los robos son una cosa de todos los días y que por tal razón muchos están alertas durante las horas de la madrugada. Un dato recogido en la zona indica que el cuerpo del joven no se podía ver a simple vista, que el automóvil estaba cerrado y que no se escuchó ninguna detonación en el lugar en horas de la madrugada del jueves.

"Todo lo que pasa en las calles se escucha claramente en el interior de las casas, porque el paredón hace rebotar las conversaciones y los sonidos y una balacera no podría haber pasado desapercibida, a menos que el arma no hubiera producido su estampido característico", aportó.