En el mercado venden estimulantes sexuales sin ningún tipo de control

Una chica sentada en la falda de un vigoroso fisicudo, ambos en ropa interior diminuta, sirve como gancho. El nombre del producto es demasiado sugestivo: “Vigorón” se llama. Y su acción terapéutica, casi mágica: “3 al hilo”, dice la caja del producto. Tres es el sueño de muchos, y el cliente entra por un tubo pensando que pasará de “la vergüenza” al “asombro” tomando una píldora antes de la cita con la chica deseada (o con el hombre, ya que el viagra natural no tiene contraindicaciones).

Lo cierto es que el consumo de este producto puede traer riesgos, ya que no está fabricado por un laboratorio sino que está producido por algún farmacéutico que encontró una extraordinaria veta comercial. ¿Quién controla esta riesgosa comercialización que se realiza no sólo en el mercado municipal sino también en otras ferias? Está al alcance de todo aquél que quiera probar suerte a “a ver si funciona”, pero el riesgo corre por cada uno.

Desde aquí llamamos a las autoridades competentes a tomar cartas en el asunto, porque si el día de mañana pasa algo, ¿quién se hará cargo? Estamos hablando de un “medicamento” en teoría, y no puede ser que se juegue así con la salud de la gente.

Fuente: www.informatesalta.com.ar