Todos quieren despedir al Padre Jimeno

Es incesante el paso por la capilla de alumnos, ex alumnos, padres, sacerdotes, docentes, amigos. Todos quieren decir Adiós y Gracias. Los restos del sacerdote son velados en la capilla San Agustín. Mañana, en el patio del Colegio Belgrano, será la misa a las 8,30 Hs.

Sociedad 10/02/2016

Una gran cantidad de personas acompaña en la despedida al padre Jimeno en el Colegio Belgrano. Los recuerdos, las anécdotas, el respeto y la admiración son el común denominador pero todos reflejan en su rostro la tranquilidad y alegría de saber que partió a una mejor vida. Sin dudas, todos reconocen en quien fuera rector del Colegio, una persona intachable, comprometida, con el sacerdocio y la educación.

Para muchos fue un emblema, una institución, un ejemplo. En todos dejó una marca difícil de borrar.

Por eso, desde las 20 horas de ayer en la capilla San Agustín, muchos comenzaron a acercarse. La familia belgraniana se mostró unida en su pesar y asombro, porque para muchos el padre Jimeno parecía inmortal, siempre igual, siempre joven.

No faltaban quienes tenían lágrimas en sus ojos, los recuerdos son fuertes, pero muchos, la gran mayoría, con el padre Mariano a la cabeza y desde la puerta de la Capilla, preferían la sonrisa, sabiendo que partió a una mejor vida. Seguramente así los preferiría ver, con alegría, la misma que lo caracterizó en los más de 50 años en los que estuvo en el Colegio Belgrano, su casa.

El inicio de clases está cerca. Hoy la institución está de duelo y recién mañana al mediodía, tras la misa de las 8.30 que se realizará en el patio, volverá a sus actividades normales.

Todos saben que Jimeno no se ha ido, y el comienzo escolar de este 2016 sin dudas será distinto. En las paredes, galerías, aulas, en todos lados estará presente, pero lo más importante, en el corazón de cada uno.

Y aunque ya no se podrá ver a los niñitos levantar su mano a la salida para decirle “hasta mañana Padre Jimeno”, el Colegio y todos los que lo conocieron lo recordarán por siempre.

Una presencia muy especial

Vino a pasar unos días de vacaciones y está presente en la capilla para dar el último adiós a Jimeno.

Tienen mucho en común. También nació en España, es sacerdote, fue rector del Colegio Belgrano, y siente la misma pasión por la educación.
Se trata de Juan Garay, quien fuera la máxima autoridad el establecimiento educativo entre 1967 y 1971, año en que precisamente se hace cargo Jimeno.

“Lo recuerdo como una persona muy dedicada, extremadamente trabajadora, que se hacía querer por todos”, dijo ayer mientras compartía un vaso de gaseosa en la casa donde viven los Canónigos Regulares de Letrán.

El padre Juan recuerda con nostalgia como en esa época convivían en ese lugar más de 20 sacerdotes de la orden, y todos ejercían como docentes en diferentes materias. Hoy solo son 4, por lo que la ausencia de Jimeno se hará sentir más.

“Cuando fui rector hice cambios muy importantes, entre ellos y a pesar de tener una fuerte oposición de algunos padres y colegas, convertir en mixto el secundario. Salta era una sociedad muy tradicional, pero yo entendía que debíamos actuar de acuerdo a los nuevos tiempos y a lo que el Concilio nos señalaba”, dijo el padre Juan, quien a los 85 años tiene una lucidez y memoria envidiables.

La orden de los padres lateranense llegó a Salta en el año 1899 y desde entonces tiene a su cargo la formación de generaciones, y ese espíritu se mantendrá en el tiempo, pues guiados por San Agustín no claudicarán en su misión de forjar el intelecto y el espíritu de miles de niños y de jóvenes.

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