“En El Tribuno está prohibido pensar”

Periodista de raza, la redacción del diario de Juan Carlos Romero fue su hábitat por cerca de 20 años. Fue despedido de la empresa “por una maniobra política” como él lo denuncia.

Sociedad 18/02/2015

Hoy se estaciona en la vereda de un crítico y desde esa ventana dice: “La gente no cree en la campaña de El Tribuno, no cree que Urtubey sea el peor hombre del mundo” y que el lector sabe que los casos de desnutrición “no son tan graves” como los quieren pintar. “El diario perdió la ética”, advierte. Habló del actual jefe de Redacción, del Director y de la particular forma de entender el periodismo que tiene Pepe Sotelo, ex jefe de Redacción.

Cuando García Márquez calificó al periodismo como “la mejor profesión del mundo” lo hizo ponderando una condición inalterable que todo hombre que abraza esa tarea debe tener: el libre pensamiento para desarrollar sus ideas, que luego serán potenciadas a través del aire, la televisión o del papel. Para el periodismo prohibir desarrollar las ideas es como impedirle a cualquier ser viviente que respire.

- ¿Por qué afirmás que en El Tribuno está prohibido pensar?

- Está prohibido pensar, hay que obedecer órdenes, seguir una línea de conducción sea ésta buena o mala, no hay que discutir. Lamentablemente, a los que pensábamos en el diario El Tribuno no nos ha ido bien, y vos lo sabés perfectamente, por eso te tuviste que ir y por eso también me tuve que ir yo: por pensar y de alguna manera trascender más allá de la directiva de la compañía.

El dueño de estas palabras se llama Juan Antonio Abarzía, “Fito” para los amigos, o simplemente “Chileno”. Nacido del otro lado de la cordillera, perseguido por el régimen de Pinochet, encontró en Salta el vergel para armar su familia, criar a sus hijos y refugiarse en las redacciones de semanarios primero, y en El Tribuno después, para vestirse de periodista y que el olor a tinta en papel recién impreso endulce sus fosas nasales y llenen sus pulmones de aire de rotativa tirando uno tras otros ejemplares que luego colgarán de los kioscos en el centro.

- Estar prohibido pensar en las entrañas de un medio de comunicación debe ser uno de las cosas más graves que le puede pasar a un periodista. En este sentido debo preguntarte cuál es tu opinión con respecto al papel que juega el jefe de Redacción del diario. Antes ser jefe de Redacción del diario era más importante que se presidente de una entidad bancaria, por ejemplo.


- Exactamente. El diario El Tribuno, que en la estructura periodística es considerado el primer diario regional, y como pasa en todas partes del mundo, el jefe de Redacción del diario regional más importante es considerado un personaje tan importante como puede ser un ministro; como el alcalde en España; como el prefecto en Bolivia. Ahora vos preguntale a la gente quién es el jefe de Redacción de diario El Tribuno… no saben. ¿Dónde está el jefe de Redacción de diario El Tribuno?, la gente no sabe. Hay un cóctel que se realiza en la Sociedad Rural, ¿dónde está el jefe de Redacción de diario El Tribuno?, no lo han invitado. Se perdió esa condición porque el diario está perdiendo.

- Está claro que hay libertad de empresa y, dentro de este punto, se puede aceptar que se marque un lineamiento editorial, esto pasa en casi todos los emporios periodísticos. Lo grave, si cabe el término, es que en El Tribuno no se puede discutir ni siquiera el título de la información, porque existe una jefatura que inmediatamente te rotula como que estás en la vereda del frente… (NdR)

- Lo que pasa es que el diario El Tribuno se ha genera una especie de colectivo perverso, donde un grupo quiere quedar bien solamente con los dueños; los otros tienen que obedecer órdenes y quiere ser más papistas que el Papa. Esta situación queda determinada en que El Tribuno cada vez se lee menos. Vos fijate que antiguamente nosotros teníamos de que dos títulos de El Tribuno bastaban para voltear un gobierno, ahora en cambio llevan meses, meses, meses haciendo combate y es totalmente estéril. A la gente no le mueve la aguja el diario El Tribuno, la gente no cree en la campaña de diario El Tribuno. La gente no cree que Urtubey sea el peor hombre del mundo; la gente no cree que la desnutrición sea tan grave como la quieren pintar. La gente advierte que esto es una campaña política, advierte que es una operación de prensa, y cuando vos ves que es una operación de prensa ya no crees.

- Se puede ser una empresa periodística, pero también se debe seguir un lineamiento ético. Cualquier medio tiene el derecho de disentir con el gobierno de turno, pero cuando se cae en la manipulación de la información se pierde la ética periodística y eso es grave.

- Efectivamente el diario no tiene ética, la ha perdido totalmente. Pero, más allá de la ética, no tiene creatividad. Porque vos podés leer un diario que esté en desacuerdo con su planteamiento ideológico, puede estar en desacuerdo por ejemplo con Clarín, pero tenés que coincidir que en las páginas de Clarín hay creatividad. Podés estar en desacuerdo con Página 12, pero al abrir sus páginas te darás cuenta que hay creatividad, entonces le da un valor agregado a la gente. El Tribuno no le mueve la aguja a la ciudadanía ni en Deportes. Antiguamente el diario El Tribuno era leído en todos los bares de Salta empezando de atrás para adelante, comenzaba leyendo Tombolito, seguía don Deportes y después con el resto de la información. Hoy a la gente no le importa lo que publica el diario El Tribuno en deportes, prefiere informarse por la radio, la televisión u otros tipos de medios.

- Los diarios del mundo suelen tener un termómetro, que es la publicidad. En este aspecto fijate la forma notoria que El Tribuno mermó su cartera de anunciantes.

- Yo, la verdad, hace tiempo que no compro un diario en papel. Lo “ojeo” por internet, y digo lo “ojeo” porque tampoco hay mucho para leer. Por ejemplo ahora abrís la página de internet de diario El Tribuno y hay ¡¡seis títulos sobre la desnutrición…!!, abundan exactamente en lo mismo. Entonces vos pensás que esta campaña ya va a terminar, porque ya no necesitas ni leerlo porque ya sabés que va a decir el diario.

- Esta campaña transformó a El Tribuno en un diario predecible, y los diarios deben ser impredecibles, deben sorprender al lector.

- Exactamente, tienen que sorprender al lector, el papel tiene que ser creativo, tiene que haber historias, ese es el periodismo nuevo. En El Tribuno no hay historias, hay noticias sin desarrollo. Se muere una persona en un accidente de tránsito, no sabes quién es, no sabes en que kilómetro fue, no sabés a qué velocidad iba, no hay valor agregado en ninguna información, ¿sabés por qué?, porque hay poco periodismo, y estoy hablando de reglas básicas, lo que sería “prejardín” del periodismo; las reglas elementales de Mark Twian: qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué no existen en el diario.

- Este tono crítico que tenés con el diario, ¿nace de un resentimiento que tenés porque ya no estás ahí?
- Bueno la verdad que yo estoy dolido con el diario, ellos se han portado mal conmigo. Ellos me sacaron del diario por una maniobra política organizada por alguien. Me dijeron que yo había hecho una información que me habían desmentido, que se iba a cerrar el caso de las chicas Luján Peñalva y Yanina Nüesch porque no había indicios para implicar a terceras personas en el caso, es decir, se iba a cerrar como doble suicidio. Informatesalta le hizo una nota al juez Farah donde le preguntan si era cierto que se iba a cerrar el caso, y el juez responde que no había dicho eso, que eso era responsabilidad del diario. Efectivamente, la información que publiqué nunca afirmó que el juez había dicho eso, sino que la información la dijeron fuentes judiciales. Después se comprobó que la información era correcta, y me echaron por una maniobra política.

- ¿Cuál fue tu mejor etapa en el diario, en los casi 20 años que estuviste?

- Viví buenas etapas en el diario El Tribuno. Cuando era jefe de Redacción Luciano Tanto fue una buena etapa para mí en el diario; cuando Carlos Vernazza fue jefe de Redacción también fue una buena etapa, igual que con Carlos Fernandez Iriarte. Creo que los peores momentos del diario fueron los últimos 15 años, donde el diario se transformó virtualmente en un coto de caza. Lo digo a esto con dolor, porque al diario lo quiero, lo quiero mucho. Escribí muchas notas y por ahí me cruzo con gente que me reconoce por mis notas.

- Por último, debo preguntarte por la opinión que tenés del director del diario, Sergio Romero.

- Honestamente creo que Sergio no es un buen director del diario, sobre todo en la faz periodística. El se ha apoyado mucho en personas como Pepe Sotelo, que tiene una filosofía muy curiosa: “nunca le digo que no a mi jefe”, y así no se puede ir para adelante en ningún diario, nunca jamás. En un diario vos tenés que consensuar cosas, no decir siempre “si”. Estas cosas fueron las que determinaron que el diario El Tribuno se haya transformado en licuadora de picar carne. En los últimos años hay 20 periodistas que han echado del diario, además de la gente de administración y otros sectores de la empresa, como que hay una obsesión de reducirlo al diario. Yo se que Sergio Romero piensa en tener una redacción muy pequeña, pero lo único de un diario que no puede dejar de crecer es su redacción. Todo lo demás es prescindible. Si tenés un taller podés alquilarlo, si tenés publicidad, la tercerizás, lo que no podés tercerizar nunca es la redacción. Tenés que profundizarla, mejorarla, capacitarla y eso no se hace en el diario. Las consecuencias son estas: notas precarias, una campaña política burda, brutal pero burda, sin inteligencia. Y bueno, así estamos…

Fuente: www.informatesalta.com.ar

Te puede interesar
Lo más visto

Recibí en tu mail los títulos de cada día