Trump y Hillary se miden en lo que promete ser el Superbowl de los debates
Se estima que puede llegar a ser el duelo más visto de la historia; la demócrata quiere pasar a la ofensiva. El gran circo de la política se paralizará hoy, a las 22 (hora de la Argentina).
Internacionales26/09/2016El primer "cara a cara" televisado entre Hillary Clinton y Donald Trump promete récords de audiencia y un show en el que se mezclarán, de modo inédito, el futuro político de este país y lo más estrambótico del espectáculo.
Desde la perspectiva formal, será un momento clave de las escasas seis semanas que quedan para las elecciones presidenciales, el 8 de noviembre. Pero con un showman como Trump, que ha hecho parte de su enorme fortuna en el negocio televisivo, todas las posibilidades están abiertas. Eso incluye la última amenaza que hizo, de llevar como invitada especial a una de las amantes reconocidas de Bill Clinton, el marido de su rival demócrata.
La idea con la que amenazó formalmente el republicano es que Gennifer Flowers, así se llama la mujer, ocupe un lugar en la platea del auditorio.
Más allá de las piruetas de último momento, todo está en marcha para un duelo verbal que ocurre cuando las encuestas señalan, en forma coincidente, una virtual paridad entre los candidatos a nivel nacional.
Anoche, el último sondeo de la cadena CNN, que elabora su propio promedio de encuestas, daba sólo tres puntos de diferencia a favor de Clinton. Un porcentaje que se sitúa en lo que se calcula como dentro del margen de error de ese tipo de mediciones. Fuera de todo eso, la opinión de la calle y la impresión colectiva es que Trump tiene las de ganar. No sólo porque tiene más habilidad comunicativa que Clinton -y eso es crucial en un debate-, sino porque tiene menos dificultad para remontar las valoraciones negativas que se tienen sobre él.
"Si Trump vuelve a mostrar la imagen de hombre presidenciable que mostró, por ejemplo, en su viaje a México, tiene mucho para ganar", dijo David Reston, analista político de The Daily Beast. "Clinton, en cambio, tiene poco de novedoso que mostrar y eso siempre es una dificultad a la hora de atrapar audiencia", añadió.
Lo que sí se espera es una audiencia récord. Una que posiblemente supere los 80 millones de telespectadores que tuvo el que hasta ahora fue el debate más visto de la historia de este tipo de cruces en los Estados Unidos y que uno que, en 1980, mantuvieron Jimmy Carter y Ronald Reagan.
Si se llega a los cien millones de espectadores, se estará no sólo ante un récord absoluto, sino que, además, será una audiencia comparable a la que en este país generan los grandes acontecimientos deportivos, como el Superbowl.
Serán 90 minutos de cruce. Pero los expertos coinciden en que los primeros 15 minutos valen oro. "Es en ese tramo en el que buena parte del público decide quién es el mejor", sostuvo Jon Favrou, ex redactor de discursos del presidente Barack Obama y conductor, hoy, de un reconocido programa radial sobre temas políticos.
El cruce será en la Universidad de Hofstra, en Long Island, a una hora de Manhattan. Ambos llegarán allí con diferente equipaje. Clinton lleva casi una semana encerrada, preparándose. "Nosotros sabemos quién es ella. Pero ella tiene que prepararse para todos los tipos de Trump que hemos visto en estos días", disparó su director de campaña, Robby Mook.
De hecho, una de las apuestas es que la demócrata intentará "provocar" a Trump para que éste muestre su lado más transgresor y el más alejado al de una figura presidencial.
Los republicanos lo saben. "Lo que no tiene que hacer Trump es morder el anzuelo y dejarse provocar por Clinton", sostuvo Newt Gingrich, ex precandidato presidencial y asesor del megamillonario.
¿Qué es lo que veremos? La idea generalizada es que Clinton tratará de demostrar que ella sí sabe de política y que Trump, que suele confundir cosas en este terreno, no tiene la menor capacitación para ser presidente.
Trump actúa como si esto no le importara. De hecho, y a diferencia de la estudiosa Hillary, ha estado en campaña en estos últimos días. "Yo no necesito prepararme tanto para un debate", desafió, con la actitud de quien no tiene miedo alguno.
Clinton, en cambio, ha estado poco menos que desaparecida. Su equipo dice que es porque está recluida, preparando el debate. Otros dudan e insisten en el recurrente fantasma de sus problemas de salud.
De lo que no hay duda es de que con el debate de esta noche se volverá a un momento estelar de esta tradición en la política norteamericana. Con dos aspirantes a la Casa Blanca midiéndose en una justa que promete ser de esas para no perderse.
Fuente: La Nación