Festejo moderado en estas fiestas

Por la Dra. Virginia Busnelli (MN 110351), Médica especialista en Nutrición. Directora Médica de CRENYF.

Salud 31/12/2017

Brindar en Navidad por las fiestas y el Año Nuevo, no es excusa para consumir bebidas alcohólicas, ni excederse en la ingesta de comidas. Sabemos que todo exceso podría pasar facturas a nuestro cuerpo.

El alcohol forma parte de la vida cultural, social, y estos meses del año, son el momento preciso de reencuentros y celebraciones. Se aconseja un consumo moderado que, sobre todo, no disminuya la capacidad para conducir vehículos y así evitar accidentes, lo cual es uno de los mayores riesgos de las fiestas. La sensibilidad al alcohol depende de factores genéticos, del sexo (la mujer lo metaboliza diferente), la edad y la costumbre.

La OMS (Organización Mundial  de la Salud) aconseja no superar al día las dos copas de vino o cerveza, en los hombres, y la mitad en mujeres dentro de lo que se considera un consumo moderado. Si esa dosis diaria se aumenta durante un periodo concreto, como época de fiestas, puede llegar a hacer daño en especial cuando se mezclan diferentes tipos de bebidas alcohólicas y a veces se abusan las de mayor graduación.

Por otro lado, hay que tener en cuenta ciertas patologías o tendencias en las personas que el alcohol exacerba, por ejemplo tener triglicéridos altos, gastritis, ácido úrico alto, alteración en el sueño o personas con enfermedades metabólicas como ser la obesidad, diabetes, presión arterial, problemas hepáticos (hígado graso). 

Algunas recomendaciones para beber sin riesgo en estos tiempos:

  • Beber con moderación y alternar con abundante agua
  • Elegir Vino tinto o cerveza, de menos graduación alcohólica
  • No mezclar diferentes bebidas alcohólicas
  • Evitar beber con el estómago vacío. Mejor tomarlo durante la comidas o dejarlo para el momento del brindis.
  • Ese día consumir más frutas y verdura.

Si hacemos hincapié en la comida, es importante planificar lo que se va a degustar. Desde que comienza el día hasta la noche, será fundamental prestar atención y registrar las ingestas, comer a horario y la calidad de las comidas.

Por eso, la recomendación es tener un buen desayuno, infusión de media mañana (en caso que pasen muchas horas entre desayuno y almuerzo), almuerzo, merienda y cena. Y lo que no puede faltar es beber agua como bebida principal. No es cuestión de privaciones, sino de moderar las porciones. Planificar te hará llegar con menos apetito a la cena y hacer mejores elecciones a la hora de servir en el plato.

Durante la celebración, si hay una mesa fría, se recomienda servirse una sola vez y priorizando la cantidad de ensaladas frescas en la mitad del plato y en menor medida, las que contienen ingredientes más calóricos como ser mayonesas, aderezos entre otros. En caso de comer un asado, evita achuras y embutidos ¿Y qué pasa con el pan? si vas a elegirlo, que sea sólo un mingón.

Finalmente, en caso que hubiera mesa dulce, no sería conveniente degustar todo. Más bien es preferible elegir entre el postre o la mesa dulce y comer solo una porción.

Más allá de los cuidados que se pueden tener, siempre se va a comer un poco más que lo habitual. Que una noche se coma diferente, no hace la diferencia. La cuestión está en saber retomar la rutina, respetando los horarios, tomar mucha agua y comer frutas y verduras. Un último consejo: evitar comer toda la semana, la comida que sobró. ¡Felices fiestas!

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