“Creo que la herida que tenemos en el alma no va a sanar nunca”

A cuatro años de la tragedia de Campo Quijano, familiares de Ana Belén y Juan Cruz Jurado y Rodrigo Tapia, los recordaron con mucho dolor.

Sociedad 19/01/2018
Padres de los hermanos Jurado

El 19 de enero del 2014 fue un día soleado, Ana Belén y su hija Ambar estaban en el camping de Campo Quijano con amigos como Rodrigo Tapia y su hermano Juan Cruz. Se ubicaron en una mesa a la vera de la ruta mientras preparaban un asado, cuando Omar Barrientos a bordo de un Fiat Uno rojo se estrelló a toda velocidad y terminó con sus vidas en un segundo. Hoy sus familias los recordaron con profundo dolor.

Pasaron cuatro años de aquella terrible tragedia que nos tocó vivir. Ese día estaban contentos por hacer un asado y de un segundo al otro se volvió todo oscuro, lleno de llanto, de dolor y de muerte”, dijo a InformateSalta Alfredo Jurado, padre de Ana Belén y Juan Cruz. Como cada aniversario fue al lugar donde inició la peor de sus pesadillas con su familia y amigos de sus hijos para repintar las estrellas que los recuerdan.

Este es un dolor que nos lo vamos a llevar a la tumba, pero tenemos que acomodar la mochila y seguir adelante. A mí me tocó enterrar a dos hijos el mismo día y creo que está herida que tenemos en el alma no se va a sanar nunca”.

Respecto a la condena que recibió Barrientos por homicidio simple con dolo eventual y lesiones agravadas aseguró que él y su familia pidieron justicia, no venganza. “Los ocho años que le dieron son una condena histórica en Salta porque lamentablemente en  este tipo de siniestros nunca van presos, vuelven tranquilos a sus casas y dejan familias totalmente destruidas, como nosotros”. Sin embargo aseguró que los ocho años pasarán y el hombre volverá a su casa, “nuestros hijos nunca más van a volver a la nuestra”.

Respecto a Ambar, la hija de Ana Belén, contó que vive con su papá tras un acuerdo en el que tuvo que intervenir la justicia. “Ella ya tiene cinco años, está muy bien y la vemos todos los fines de semana. La única secuela física que tuvo fue perder su pulgarcito derecho. Pero en su corazón está el haber pedido a su madre”, dijo con tristeza.

Finalmente agradeció a los amigos de sus hijos a quienes los acompañan desde aquel día, los recuerdan en fechas especiales y en cada aniversario.

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