Lona aseguró ser inocente: “Si tuviese responsabilidad ya estaría muerto de vergüenza”

En una audiencia que comenzó con un papelón por fallas técnicas, el ex juez federal se declaró inocente, reivindicó su labor como el primer magistrado del caso y se adjudicó las medidas que permitieron dar con los asesinos del ex gobernador Ragone.

Justicia 06/08/2019
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Sin responder preguntas y según la información a la que pudo acceder InformateSalta, el ex juez federal de Salta, Ricardo Lona, se tomó poco más de 50 minutos, para defenderse de las imputaciones que lo llevaron a juicio, debate que comenzó esta mañana, alrededor de las 9.30, en el Tribunal Oral Federal 2, ubicado en la avenida Gurruchaga 297, a los pies del monumento al General Martín Miguel de Güemes.

En su exposición, se mostró seguro de sus dichos, rechazó las imputaciones de prevaricato, omisión de persecución penal y encubrimiento. Proclamó su inocencia y para ello, detalló una a una las medidas probatorias que dictó en busca de esclarecer el crimen del ex gobernador.

Aseguró haberse hecho presente en la escena del crimen, donde ordenó las pericias del caso, visitó la casa de la familia de Ragone y el hospital, donde intentó hablar con Martínez Leal, pero no pudo porque estaba sedada. Dijo que en todo momento, junto al fiscal, el defensor oficial y el secretario del juzgado, llevaron adelante todas las diligencias procesales en pos del esclarecimiento del secuestro y desaparición del ex gobernador.

Entre otras medidas dispuestas, Lona ordenó cerrar todas las rutas y caminos alternativos y, aunque todo indicaba que los asesinos se habían fugado hacia el sur, pues el auto de Ragone fue hallado en el viejo matadero de la localidad de Cerrillos, puso vigilancia en la zona norte, para no caer en una supuesta estrategia de los delincuentes para huir en sentido contrario.

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Además, dijo haber ordenado rastrillajes en el calle de Lerma e incluso en el Cabra Corral, como así también se contactó con las policías de las provincias vecinas, pero las diligencias tomadas no arribaron a ninguna pista firme. Adujo que la hipótesis principal hasta el momento fue que el accionar fue ejecutado por delincuentes foráneos que lograron huir.

Con el transcurrir del tiempo, Lona se refirió al incidente dado a conocer por un hermano de Nolasco Rodríguez, un arbolito asesinato en el sur de la provincia por policías. En este episodio, el mayor del Ejército, Juan Carlos Grande, apareció en escena para impedir el encarcelamiento de un policía, de apellido Saravia, pues el mismo había participado en el secuestro y desaparición de Ragone.

Esta pista fue la que finalmente destrabo el caso y permitió luego la detención de los responsables del asesinato de Ragone, Arredes y la tentativa de Martínez Leal. Al respecto, Lona afirmó haber sido el juez que ordenó incorporar dicho testimonio en la causa, lo cual luego llevó al esclarecimiento del caso.

De esta manera, negó haber incurrido en algún encubrimiento, pues de haberlo hecho no se habría llegado a la verdad. Así, Lona se adjudicó las medidas procesales que luego permitieron dar con los asesinos de Ragone, para finalmente asegurar, como expresión final que “nada tengo que ver con el crimen (de Ragone) y no he encubierto a los responsables de este hemos en lo más mínimo”. Aseguró tener “tranquilidad de conciencia”. “Si tuviese responsabilidad en lo más mínimo, sería una deshonra como juez y ya estaría muerto de vergüenza”, concluyó.

La jornada

El juicio comenzó con retraso y en las primeras horas de la mañana el edificio se vio colmado de policías, desde efectivos de la provincia, sus pares de la Policía Federal, Gendarmería hasta la Policía Aeroportuaria, los que implementaron un cerrado y celoso dispositivo de seguridad.

Los que fallaron, sin embargo, fueron los encargados de la organización del debate,  sobre todo en lo que tiene que ver con la atención a los periodistas y público en general, pues si bien se habilitaron dos salas con pantallas y parlantes para seguir las alternativas del juicio, en la primera ninguna de ellas funcionó.

Esto llevó a los representantes de organizaciones de Derechos Humanos, público y periodistas a reclamar enérgicamente una rápida solución, la que demoró en llegar y en su espera, se escuchar cánticos de protesta y quejas por lo que se leyó como una velada protección al ex magistrado acusado por parte de los responsables de la organización del debate.

Nota mediante al presidente del tribunal, el juez, Gabriel Casas, los inconvenientes fueron subsanados a tiempo para escuchar la declaración de Lona, la que se dio paso luego de que el tribunal, integrado por los vocales, Juan Carlos Reynaga y Gabriela Catalano, rechazó tres planteos realizados por la defensa del ex magistrado.

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Los abogados Nicolás Ortiz y Federico Rodríguez Spuch, a cargo de la defensa de Lona, habían reeditado una recusación en contra de Reynaga por la supuesta parcialidad que este magistrado, de Catamarca, tendría debido a que ya participó en otros juicios similares.

Asimismo, se quejaron por la actuación que el Ministerio Público de la Nación llevó adelante, la que calificaron como ilegal. Y por último, se refirieron a la ausencia de la querella por parte de la familia del ex gobernador. Los planteos, excepto los referidos a la querella, fueron rechazados.

El tribunal dispuso darle tres días a la familia del ex gobernador a fin de que formalice la presentación de sus abogados querellantes. Cumplido estos paso, el presidente del tribunal interrogó a Lona a fin de saber si iba a declarar.

 

 

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