Para el periodista Mauro Szeta fue un fallo justo

El Tribunal le dio la razón. Jean Michel Bouvier, el padre de Casandre, una de las francesas asesinadas en Salta en 2011, había dicho claramente que no quería "perejiles" condenados en la causa. En su alegato, sorpresivo, por cierto, fue el único que había pedido la absolución de dos de los acusados. Santos Clemente Vera y Daniel Vilte.

El francés había sostenido que sin pruebas no se podía condenar. Y fue así. Los jueces no sólo absolvieron por el beneficio de la duda sino que uno de ellos llegó a argumentar que los dos sospechosos eran inocentes de forma total, es decir que nada tenían que ver con los asesinatos. Así las cosas, sólo terminó condenado a 30 años de cárcel Gustavo Lasi.

En su caso, lo condenaron por su propia confesión, donde reconoció haber violado a una de las chicas, y por las pruebas de ADN indubitables. En esa confesión, Lasi había incorporado a Vilte y Vera como los coautores. Pero en ambos casos, los ADN fueron negativos, y en un caso, el de Vera, lo que en Argentina había dado una posible coincidencia genética, ese dictamen fue desmentido por los genetistas de Francia que hicieron una contraprueba.

La falta de pruebas, entonces, y con razón, marcó la libertad de los dos acusados. Lo que está claro es que Lasi no pudo ser el único criminal de semejante masacre. Faltan más asesinos. ¿Lasi encubre a los verdaderos criminales? Para la justicia a Houria Moummi y a Casandre Bouvier las mataron durante un ataque sexual que tuvo todo el tinte de una cacería animal.

A muchos, el móvil no les cierra. Se habla de los hijos del poder, se habló de que las mataron porque ambas iban a denunciar negociados de la Secretaría de Medio Ambiente salteña, pero en el juicio, nada de eso se pudo probar. A tres años del doble crimen, falta mucho por saber aún.

Fuente: Diario Punto Uno