Fue la propia mujer quien pidió el cese de la custodia y no la jueza Naranjo

Justicia 26/11/2020
jueza - arroyo

Fuerte repercusión tuvo la nota de InformateSalta donde, en el marco del Día Internacional contra la Violencia de Género y en plena sesión del Concejo Deliberante, la edil capitalina Romina Arroyo criticó duramente a la jueza de Violencia Familiar, Mónica Naranjo, por ordenar el retiro de la custodia policial de la vivienda de una mujer a quien “casi matan en varias oportunidades”.

En su alocución Arroyo insistió en que la jueza Naranjo no es idónea para el cargo. “Debería renunciar a su cargo, porque es inentendible sacarle la custodia domiciliaria a una mujer que viene todas las semanas ampliando las denuncias en las distintas comisarías, imagínense el riesgo que está corriendo hoy está mujer, y tantas otras mujeres”.

No obstante, según averiguaciones realizadas por InformateSalta, la mujer, que vive en una distinguida zona de la ciudad de Salta, fue quien solicitó el cese de la presencia policial en su domicilio porque le quitaba vida social. Es decir, no fue por una decisión de la jueza de Violencia Familiar, sino obedeció a un pedido de la propia denunciante.

El pedido del abogado de la mujer

Según el escrito del abogado defensor de la víctima, Vidal Villalba Samaniego, presentado al Juzgado de Violencia de Género 2da Nominación, solicitó incorporar como medida de seguridad el botón anti pánico y/o otra medida de seguridad menos invasiva, además de hacerse rondas en su domicilio real y laboral en vez de custodia personalizada. También sugirió custodia al victimario.

El abogado justificó este pedido en función de que considera que su defendida al tener una custodia, llevaba una vida vigilada, habiendo sido interrumpida o distorsionada su vida social, familiar y laboral con un régimen de libertad vigilada, al que consideró "cuasi prisión domiciliaria".

Según argumentó, la mujer vio afectada su vida y la de su entorno por la custodia, y todo el peso de las medidas lo lleva ella (perdió la intimidad de su hogar, privacidad, rutina, quehaceres y entorno social) y en nada afectan al agresor. Consideró que sus derechos son afectados por estas medidas "machistas y patriarcales" que atacan sus derechos como mujer, e insiste con que la custodia se haga sobre el agresor.

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