Los últimos minutos previo a la tragedia en Bº Mosconi

Jordán Revilla, el joven de 19 años, está detenido. Degolló a su madre y apuñaló a sus hermanos. No estaba alcoholizado ni drogado. Así fueron los últimos en esa fatídica noche.

Policiales09/04/2014

Perplejos. Es quizás la palabra que mejor describe a la familia Revilla y a los vecinos del barrio Mosconi, quienes vivieron una noche de terror luego de que un joven de 19 años extrajo un cuchillo y asesinó sin piedad a su madre e hirió de gravedad a sus dos hermanos.

Era una noche tranquila la que comenzaba a transitar en la calle Las Heras, cuando los vecinos escucharon gritos desgarradores y pedidos de auxilio proveniente de la casa de los Revilla, una familia de nacionalidad boliviana compuesta por Arturo y María, quienes trabajan en el Mercado San Miguel, donde tienen un puesto de artesanías con el que mantienen a sus tres hijos Fanny, de 23 años; Jordán de 19 y Ale de 14. Asustados llamaron al 911 mientras poco a poco se concentraron en la entrada, de repente la puerta se abrió y totalmente ensangrentado apareció descalzo el menor de la familia, Ale. “Mi hermano me quiere matar”, expresó presa del pánico.

Casi al instante salió María, tenía una profunda herida en el cuello, dando muestras de que tenía dificultades para hablar y a los pocos metros cayó. Los vecinos impresionados y sin saber que hacer cubrieron sus heridas con toallas, para intentar parar la hemorragia.

La escena parecía una película de terror y se agravó aún más cuando Fanny también abandonó la morada cubriendo su abdomen con una almohada del que emanaba abundante sangre.

Mientras llegaban las ambulancias y en medio de un caos los vecinos vieron aparecer a Jordán bañado en sangre. Se asomó a la vereda, miró a su alrededor y salió corriendo en dirección a las vías del ferrocarril, mientras su madre balbuceando decía: “perdonen a mi hijo por lo que acaba de hacer, perdonenlo”. Esas fueron sus últimas palabras.

Tras esperar algunos minutos, que para todos fueron eternos, finalmente llegaron las ambulancias y trasladaron de urgencia a María, quien lamentablemente murió en el camino a raíz de la gravedad de sus heridas. Luego Fanny fue llevada al hospital San Bernardo, donde debió ser operada de urgencia. “Jordán le perforó los intestinos, la operaron durante cuatro horas y tuvimos que buscar varios dadores de sangre. Ella de milagro esta fuera de peligro, aunque emocionalmente está destruida”, contó un familiar de la joven. Por su parte, Ale, luego de ser estabilizado en el San Bernardo fue trasladado al hospital Materno Infantil, donde le están brindando ayuda psicológica.

Cuando la policía llegó, salieron en búsqueda de Jordán, a quien encontraron a cuatro cuadras de su casa totalmente ensangrentado y con algunos cortes en los brazos, y por ese motivo fue trasladado también al San Bernardo. Allí fue increpado por su padre. “Qué hiciste...”, le expresó mientras era contenido por los custodios del joven. Luego el fiscal Eduardo Barrionuevo y el juez de Garantías 4 Diego Pipino ordenaron su traslado a la Alcaidía judicial, acusado de homicidio y lesiones agravadas por el vínculo.

"No puedo entender lo que pasó"

Pasadas las 15 llegó hasta la casa Arturo, el esposo de María y padre de Jordán, cuando intentaba abrir la puerta y guardar su vehículo dijo: “Esto no es un show, estoy destrozado, es mi peor pesadilla”, manifestó con dolor.

El Tribuno intentó dialogar con el hombre y lo único que dijo es que tanto Fanny como Ale están fuera de peligro, y negó saber algo de Jordán.

Mis hijos afortunadamente están fuera de peligro, estoy esperado a los padres y hermanas de mi mujer para comenzar el velatorio, de Jordán no se nada, quiero que todos respeten mi dolor, no puedo entender aún lo que me esta pasando”, expresó

Por otro lado este matutino pudo saber que aparentemente Jordán fue enviado por su mamá al negocio familiar para ayudar con las ventas, pero sorpresivamente regresó muy temprano. “Pensamos que estaba enojado, capaz su papá lo retó y de broca hizo lo que hizo. En este ultimo tiempo había cambiado de actitud, estaba dejado, casi no salía y parece que no le quería hacer caso a sus padres. Pero no era un chico de mala junta, no tomaba y nunca lo vimos con drogas ni mucho menos. Todavía no podemos entender lo que pasó, todo el barrio está consternado, muchos pasan, miran y preguntan, nosotros no tenemos respuestas solo sabemos que eran una familia normal”, declaró un vecino.

Fuente: Diario El Tribuno

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