River se quedó con el tercer Superclásico del año

La previa del tercer Superclásico del año sólo hacía elevar las expectativas. Con los dos equipos con casi todas sus figuras (Riquelme, lesionado, no pudo ser de la partida) y un Malvinas colmado, Mendoza sería sede, una vez más, del encuentro más importante del país.

El arranque vino ya con emociones. A los nueve minutos, y luego de un gran centro de Ponzio y una mala salida de Orión, Gabriel Mercado abría el marcador y ponía en ventaja a River, que todavía no se acomodaba en la cancha pero que a partir del gol trataría de inquietar a la defensa de Boca.

Después de esto, parecía que el arco “millonario” no se quería quedar atrás. En un ataque del elenco de la Ribera, el Cata Díaz probó de volea y, tras un pique, las manos de Barovero no supieron contener el disparo y el 1 a 1 en el estadio mundialista fue un hecho. El envión anímico fue provechoso para los dirigidos por Bianchi, ya que tuvieron algunas jugadas más de peligro, en donde el portero de la “Banda” también fue partícipe y, tras salir mal en un córner, Vangioni tuvo que despejar en la línea.

Los últimos diez minutos de la primera mitad serían todo de River. Orión devolvía gentilezas y complicaba una vez más a la defensa de Boca, en una mala aparición que Balanta quiso aprovechar pero un jugador xeneize resolvía las cosas en la raya final. En el cierre, Cavenaghi pudo haber vuelto a poner arriba al Millonario, tras conectar un gran pase de Teo Gutiérrez; pero esta vez el portero respondía bien y salvaba el arco.

En el complemento, el conjunto de Ramón Díaz encontró mejor los espacios ante un Boca que se replegó en el campo pero no pudo conectar las líneas. A los 16’, luego de un error de Zárate, Carbonero desbordó y el Millo concretó un gol puramente colombiano: Teo Gutiérrez surgió solo desde atrás y convirtió el 2 a 1.

De esta forma, y con la salida de Cavenaghi al ingresar Menseguez, River repitió la fórmula ofensiva que le había sido provechosa en Córdoba. Así, el resto del segundo tiempo logró manejar la pelota y marcar diferencias frente a un xeneize que no podía solucionar sus aproximaciones.

El Millonario dominó las situaciones durante casi los noventa minutos, y fue un justo ganador. Más audaz al concretar sus oportunidades, el conjunto de Ramón logró en la parte final bajar la intensidad y no hacer peligrar su victoria, a pesar de que Boca tuvo ideas más inteligentes e intentó de formas más diversas que su rival. El tercer Superclásico fue para River, y Mendoza fue una fiesta millonaria.

Fuente: Portal de Internet